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Pero como estuviese manchada de vino, Pepa, excitada, descolgó de la percha con brioso ademán su espléndido pañolón de Manila y se puso á limpiar con él. Frasquito, al ver aquella monstruosidad, dió un brinco y cayó sobre ella, arrebatándole el pañolón de las manos con gesto colérico. Este acto produjo gran indignación en los presentes.

Diríase que era el genio protector de aquel lugar, el duende del Círculo Rojo; las notas del mantón, del pañuelo, de las flores y cintas se reunían en un vibrante acorde escarlata, a manera de sinfonía de fuego. Adelantose intrépida la muchacha levantando en alto el ramo y recogiendo, con el brazo libre, el pañolón, cuyos flecos le llovían sobre las caderas.

Volvió la aldeana hacia atrás el rostro, donde aún se pintaban el terror y la zozobra, escuchó con atención un rato, y cerciorándose de que su padre no la perseguía, respiró libremente y se fue serenando. Mas al tropezar sus ojos con los de Andrés, turbose de nuevo y se llevó rápidamente las manos al pecho para subir el pañolón que se había echado al bajar a la cocina.

¡Tejer tu!... ¡No es posible!... Eres muy chica. ¡Y te gastarías esos lindos ojitos míos y esas queridas manitas!... Yo he de tejerte cuánto me pidas: una carpeta para tu mesita, un pañolón para tu muñeca... Di, ¿qué más quieres? ¡Por favor, mamá! rogaba la niña, sollozando casi. ¡Enséñame a tejer a , que eres tan buena! ¡Ten lástima de ! ¿Y qué quieres tejer?

Ahora, si se casa conmigo me hará buena vida; ¡eso !, me dejará hacer lo que me la gana, me tocará su flauta cuando se lo pida, y me comprará lo que quiera y se me antoje. Si fuera su mujer, tendría un pañolón de espumilla, como Quela, la hija de tío Juan López, y una mantilla de blonda de Almagro, como la alcaldesa. ¡Lo que rabiarían de envidia!

Las mujeres prefirieron casi todas ir en la jardinera acompañando á la novia. Esta, después de haberse despojado de la mantilla, se había echado encima del traje negro de seda con que se casara un espléndido pañolón de Manila azul bordado en blanco. La mayoría de las otras iban adornadas con prendas semejantes.

No; me parece que fue en el célebre día, cuando dijo: «Hágase la luz»; porque esto es luz, amigo mío, y quien dice la luz, dice el entendimiento. Señó miloro dijo Poenco acercándose a mi amigo para hablarle con oficioso sigilo ; María de las Nieves está ya loquita por vucencia. Se hizo todo, y ya tiene su pañolón, sus zarcillos y su basquiña.

La señora Angustias recordaba con orgullo los días de gran fiesta, cuando Juan la hacía ponerse el pañolón de Manila, la mantilla de casamiento, y llevando los niños por delante marchaba a su lado, con blanco sombrero cordobés y bastón de puño de plata, dando un paseo por las Delicias, con el mismo aire de una familia de comerciantes de la calle de las Sierpes.

Corren los simones, insultándose los cocheros de pescante a pescante sobre cuál pugna por adelantarse, y a las ventanillas asoman entre bocanadas de humo, ya el rostro moreno y bigotudo del madrileño de los barrios bajos, ya la carnicera rumbosa cargada de joyas anticuadas, que ciñe a sus hombros el rico pañolón de colores brillantes.

De repente, se abrió de par en par la puerta que estaba en el fondo de la tienda, y se vio salir por ella a una mujer con un niño en los brazos, y otro que la seguía llorando agarrándose a sus enaguas. Esta mujer pálida, delgada, de gesto altanero e indigesto, estaba cubierta con un pañolón de espumilla desteñido y viejo.