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De la renta de dicho capital, que no había de ser ni alterado ni mermado, viviría D. Joaquín con grande esplendor y lujo, y cuanto sobrase, sin hacer ahorros mezquinos, se dedicaría a obras de caridad y a socorrer y a aupar a los parientes pobres y menesterosos, de quienes en manera alguna debe avergonzarse quien los tenga, si bien ha de procurar ponerlos en situación de poder alternar con ellos sin el disgusto que causa el alternar con gente zafia, hambrienta y mal vestida.

La justicia de Sevilla con el auxilio de la nobleza acudió á defender á los mezquinos hebreos, logrando salvar las vidas de casi todos, i rescatar algo de lo mucho que la desbocada i feroz canalla habia cogido entre sus garras.

Pero no, ¿que digo media España? una pequeña parte, porque casi todos los españoles conservamos el juicio. Sólo una porción de hombres mezquinos, mezquinos de juicio, de carácter, de todo, manifiestan con su conducta todo el extravío de que es capaz nuestra naturaleza.

Como buen español y buen católico, se dolía de que explotasen aquel hermoso capital, pagando tan mezquinos réditos, gentes de extranjis, herejes o judíos de seguro. ¿Cuánto mejor empleado no estaría aquel dinero en España, y sobre todo en Villafría y los pueblos cercanos? Era indispensable traer a España aquel dinero.

Formaban el jardín tres o cuatro mezquinos recuadros de flores vulgares, las enredaderas enroscadas a la verja, y varias acacias, cuyas fornidas ramas ocultando casi por completo los balcones, oponían a la curiosidad una cortina impenetrable. Las persianas estaban continuamente caídas y las vidrieras se abrían rara vez, sin que nunca sonase dentro cantar de criada ni piano de señora.

Cuando solemos encontrarnos con seres mezquinos, con almas degradadas, para las cuales el respeto propio es vana palabra, que si llega a los oídos no conmueve el corazón, ni tiñe de rojo las mejillas, decimos: «¡Alma de esclavo!» Y sin quererlo pensamos en una vida de miseria que envileció el carácter y encanalló el espíritu.

Otras tenían los pisos en declive, y en todas ellas oíase hasta el respirar de los vecinos. En algunas se veían mezquinos arcos de fábrica para sostener el entramado de las escaleras, y abundaba tanto el yeso en la construcción como escaseaban el hierro y la madera. Eran comunes las puertas de cuarterones, los baldosines polvorosos, los cerrojos imposibles de manejar y las vidrieras emplomadas.

En algunos pasajes de su libro afirma que no somos un pueblo clubable, y califica de mezquinos y pobres nuestros clubs, y lamenta que se sostengan por el juego.

El Bósforo de Tracia, el risueño golfo de Nápoles y la dilatada extensión del Tajo frente de Lisboa, son mezquinos, feos y pobres, comparados con la gran bahía de Río sembrada de islas fertilísimas siempre floridas y verdes, y cuyos árboles llegan y se inclinan hasta el mar y bañan los frondosos ramos en las ondas azules.

Ni menos se concibe cómo Cortés, Pizarro y Jiménez de Quesada, cada uno con un puñado de aventureros, penetraron hasta el corazón de las más incógnitas regiones, derribando y apoderándose de Imperios populosos y ricos. Hoy, por el contrario, los medios que se emplean son enormes; la acción, desmayada y lenta; los resultados, mezquinos.