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Dichas otras cuantas bromas, retiráronse las dos santas fundadoras, dejando al hereje con su médico. Iban tan contentas, que cuando entraron en el cuarto de Guillermina, a esta le faltaba poco para ponerse a bailar. «¿Pero de veras nos mandará el talónpreguntó Jacinta, incrédula. Como tenerlo en la mano... Has estado muy hábil... Como tiene conmigo tanta confianza, se pone muy pesado.

Exod. 34. 28. y son los preceptos, que como eternos mandó Dios se guardaran en el Arca. Contra esta ley ni se mandará, ni podrá mandarse jamás.

Mi amo le preguntó por su mujer, y de su contestación deduje que se había casado poco antes, por cuya razón le compadecí, pareciéndome muy atroz que se le mandara al combate en tan felices días.

53 Y si el sacerdote mirare, y no pareciere que la plaga se haya extendido en el vestido, o estambre, o en la trama, o en cualquiera obra de pieles; 54 entonces el sacerdote mandará que laven donde está la plaga, y lo encerrará otra vez por siete días.

La mujer le cuidaba como se cuida a un niño, y se había borrado de su mente la idea de que era un hombre. Vino doña Lupe muy temprano, y enterada que Maxi estaba bien, empezó a dar órdenes y más órdenes, y a incomodarse porque ciertas cosas no se habían hecho como ella mandara. Iba de la sala a la cocina y de la cocina a la sala, dictando reglas y pragmáticas de buen gobierno.

Luego la señorita Beaudoin, que las echaba de fina y le reprendía por las más pequeñas cosas; y para acostumbrarle a las buenas maneras sacaba de su ridículo algún bombón acidulado como ella y se lo presentaba con las puntas de los dedos como si mandara ponerse de manos a un perrillo faldero.

créeme; si ganamos a doña Lupe, todos los demás bajarán la cabeza, incluso tu marido. Doña Lupe es la que manda allí, y peor para ellos si no mandara. ¡Oh!, yo dudo mucho que quieran... Les jugué una partida muy serrana afirmó ella, gozosa de encontrar un argumento contra aquel plan tan contrario a su gusto , pero muy serrana. Lo que yo hice es de eso que no se perdona.

13 Entonces sus criados se llegaron a él, y le hablaron, diciendo: Padre mío, si el profeta te mandara alguna gran cosa, ¿no la hicieras? ¿Cuánto más, diciéndote: Lávate, y serás limpio? 14 El entonces descendió, y se lavó siete veces en el Jordán, conforme a la palabra del varón de Dios; y su carne se volvió como la carne de un niño, y fue limpio.

Cuidá entretanto de ese maula para que no se escape. Tomá la pala y si quiere irse, le partís la cabeza. ¿Has oído?... Era imposible una entonación de voz más despótica y absoluta que el que usara el Chucro con la Pepa. Y la Pepa acataba sus órdenes como si emanasen de un dios, ¡ella, que antes impusiera siempre su voluntad a su marido y le mandara a modo de dueña.

Ya ves que está acostumbrado a comer en casas grandes. Justamente: como la taberna de Boto, en la calle del Ave María... ración de guisado, a real; con pan y vino, treinta y cinco céntimos. Estás hoy... que no se te puede aguantar. Pero a todo me avengo, Nina. mandas. ¡Ay, si yo no mandara, bonitas andaríamos! Ya nos habrían llevado a San Bernardino o al mismísimo Pardo».