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El cochero y el carretero son los reyes de las calles de Lóndres, como el mendigo y el salteador entre las ruinas de Roma, Ademas, aquellos dos personajes clásicos de Inglaterra son los «Carones» de esa laguna Estigia de Lóndres: ellos se apoderan del extranjero, le despojan de una parte del capital de viaje y le consignan al infierno del «hotel» para que la obra se complete.

El gabinete se iba iluminando lentamente; los primorosos muebles y objetos que lo adornaban salían de la obscuridad graciosos, esbeltos y risueños como las bailarinas de las óperas cuando a un golpe de la orquesta se despojan del manto que las transformaba en espectros. Pero la luz no sonreía; cada vez se mostraba más triste y severa.

Hasta los hombres mas privilegiados á quienes el Criador ha dotado de una comprension universal, no podrán ejercerla cual conviene, si cuando se ocupan de una materia, no se despojan en cierto modo de mismos, para hacer obrar las facultades que mejor se adaptan al objeto de que se trata . La idea.

Según las teorías modernas, que la experiencia diaria confirma, el individuo reproduce en compendio la evolución de la especie, de modo que, aun en las naciones civilizadas, todos empezamos la existencia en el estado mental del salvaje adulto, a la vez injusto y vengativo, que siente necesidades, apetitos, deseos y temores, y no conoce deberes ni responsabilidades; nos es naturalmente más fácil y accesible lo que tenga este carácter y no el opuesto toda vez que la ira, el odio, el terror, el alcohol o las lesiones cerebrales nos despojan accidental o permanentemente de la cultura adquirida y superpuesta, con tanta mayor facilidad cuánto más débil o más reciente sea, quedamos en la pura barbarie inicial, y asoma el salvaje que está siempre latente en el hombre civilizado.

Hecho este pacto, nuestro amigo se traslada al vestuario para entretener de este modo el tiempo. Encuentra ya á las actrices, que se despojan de sus vestidos ordinarios y se ponen los que exige la representación de la pieza; estando tan desnudas en ocasiones como antes de meterse en la cama. Preséntase delante de una, que, por haber venido á pie, muda entonces de calzado con ayuda de su criada.

Entonces se despojan de sus filamentos exteriores, se sumergen unos cuantos segundos en agua hirviendo y luego se sacan un momento, para ser sumergidas otra vez un instante. Después de esto se sacan y sacuden fuertemente, se cuelgan a la sombra para que se sequen y al cabo de uno o dos días se ponen al sol para que sus ardientes rayos las blanquee.

PUDDING DE MANZANAS. Se asan unas dos docenas de manzanas, se despojan de la piel y el corazón, y con una cuchara de palo se van deshaciendo y mezclando con el azúcar necesario; se deshacen también unos bizcochos y tres cucharadas de pan molido después de tostado, agregando cuatro huevos batidos; se pone todo en un cazo y a fuego muy lento y sin dejar de mover se va cociendo, poniéndole cincuenta gramos de mantequilla; se prepara en un molde con azúcar quemada, cociendo al baño maría y dorándolo al horno.

Flora hizo lo mismo con el suyo, y después de haber cambiado algunos besos cariñosos, charlando alegremente, comenzaron su tarea. Sacan todo aquel lienzo, lo sueltan en el remanso que el arroyuelo hacía, se despojan de la falda, de los zapatos y las medias, del pañuelo; se quedan medio desnudas con el blanco seno y los brazos al descubierto.

Hablan con mucha soltura de los escándalos de Europa; tienen el propósito decidido de no asustarse de nada, para que no las tomen por unas atrasadas; pero todo es puro exterior, y cuando se despojan de los trajes y los añadidos de París, resultan idénticas a nuestras damas de provincias... Al pasar frente a sus camarotes miro algunas veces por la puerta entreabierta: en el lavabo, marquitos portátiles con imágenes milagrosas nacionales o de importación; en un boliche de la cama, un rosario y más estampas... Tengo miedo de que me echen la culpa a , que soy el más infeliz.

No bien concluímos de oir el desagradable graznido de los miles de patos que rodean las cercanías del vadeo de Pasig, cuando el panorama varía por completo. Dilatados campos sembrados de palay, se muestran por doquier. Las riberas se despojan de las verdes y poéticas bóvedas, viéndose al carabao arador que pesadamente abre el surco en que ha de fructificar el arroz.