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El tal corral de la calle Jimios era famoso en Sevilla, y más famoso por vivir en él un hombre llamado el maestro Félix, viejo zumbón, dicharachero y gitanesco, entre bailarín y cantaor, que tenía gran popularidad entre el majío y que era pájaro de cuenta por muchos motivos.

La sonriente miss iba á heredar algún día varios millones; y esto no representaba para ella ningún impedimento en sus simpatías por Gillespie, buen mozo, héroe de la guerra y excelente bailarín, pero que aún no contaba con una posición social. El ingeniero se tuvo durante medio año por el hombre más dichoso de su país.

El cansancio obligó á Elena repetidas veces á volver á la mesa; pero al poco rato ya estaba llamando con sus ojos al bailarín, que acudía oportunamente. Torrebianca no ocultó su disgusto al verla con este mozo antipático. Fontenoy permanecía impasible ó sonreía distraídamente durante los breves momentos que Elena empleaba en descansar.

Una comedia en Manila se arregla en dos horas, habiendo un socio capitalista que tenga en cartera hasta un billete de Banco de 10 pesos, ó un crédito en plaza, ó plazuela, de 20 pesetas; capitales que, aunados con un industrial que á la par de socio sea cómico, cantante y bailarín, se concierta un programita.

Sólo una vez consiguió que Andresito se esperase hasta las dos, pero al día siguiente sospechó con fundamento que en Las Tres Rosas habían estado a la espera, tras la puerta, unos ásperos bigotes y una vara de medir, para dar las «¡buenas nochesen las costillas al bailarín rezagado.... ¿Era esto un novio serio?

Esotro que está en esotro de más arriba con un halcón en la mano, es un caballero que, habiendo heredado mucho de sus padres, lo gastó todo en la cetrería y no le ha quedado más que aquel halcón en la mano, que se las come de hambre. Allí está un criado de un señor que, teniendo qué comer, se puso a servir. Allí está un bailarín que se ha quedado sin son, bailando en seco.

Los convidados, que sabían bien lo que pasaba, temieron una escena desagradable y no insistieron. Pero la alegría no se enfrió por eso. El señor Rafael tomó la guitarra exclamando: Ya me han conocío ustedes como bailarín. Ahora van á conocerme como músico.

Desempeñaba á veces el papel de dragón en las comedias de santos; otras veces el de muerto en las piezas trágicas; luego hacía de bailarín, etc. Joco-Seria, Burlas veras ó Reprehension moral y festiva de los desordenes publicos en doce entremeses representados y veinte y cuatro cantados.

Su ardiente melodía, que expresa al mismo tiempo el placer y dulce tristeza; el sonido de las castañuelas que lo acompañan, el lánguido entusiasmo de las bailarinas, las miradas y gestos suplicantes del bailarín, la gracia y finura que refrena la voluptuosidad de los movimientos, todo, en fin, contribuye á formar un cuadro de atracción irresistible, que, sin embargo, sólo pueden expresarlo los españoles para que se aprecie en todo su valor.

Lanzó un grito de alegría y de sorpresa, que hizo perder el compás a un bailarín que, en aquel instante, comenzaba una pirueta. ¿Qué es eso? le preguntó Natalia, una de sus compañeras, que la ayudaba a sostener una guirnalda de flores. ¡Es él; está allí!... ¡Cómo! ¡el conde Arturo de V *, uno de los caballeros de la corte de Carlos X, y que además es un buen mozo!