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Nada tiene usted que temer de Tragomer aquí, donde es usted conocida de todos sus compañeros, de su director, del público y de los americanos que la aplauden hace dos años. Todos afirmarían, si fuera preciso, que es usted Jenny Hawkins. No hay más que un ser en el mundo que no se dejaría engañar por su metamorfosis y cuya presencia no podría usted afrontar sin peligro. Pero, ése no vendrá.

Interiormente, la otra voz parecía decir esto: "¡Qué mal lo estoy haciendo! ¡No me aplauden! ¿Qué debo decir ahora?... ¿Trataré éste punto?... No lo trato.... ¿Y aquella idea que antes me ocurrió?... ¡Se me ha escapado!..." Y al mismo tiempo no interrumpía su oración; continuaba defendiendo el club de Zaragoza, explanaba un sistema democrático, y hacía además una breve historia de la República.

Así habla Abde-r-rahman, y los jeques de su consejo, que con respetuoso silencio le han escuchado, aplauden su piadoso propósito, añadiendo que verdaderamente ha espuesto con elocuencia la situacion actual del mundo y predicho con tono de adivinacion el futuro engrandecimiento del nuevo Califato.

«¿No es notorio para todo el mundo que el actual Gabinete lejos de oponerse á tan grave mal, hace cuanto está en su mano para que tome proporciones? ¿No estamos viendo que los órganos del obscurantismo aplauden todos los actos del Gobierno, y que existe un pacto tácito entre la teocracia y el poder, una comunidad de aspiraciones tal, que parecen confundirse los poderes eclesiástico y civil, cual si viviéramos en los tiempos del más brutal absolutismo? ¡Ah! ¡Es preciso ya decir la verdad al país! ¡Oh! ¡Es preciso hablar muy alto y poner las cosas en su lugar, exigiendo la responsabilidad á quien realmente la tenga

Estas gentes deciden si la comedia es buena ó mala, dependiendo de ellos la fama y consideración de los poetas; llámanse mosqueteros, porque unas veces aplauden y otras silban, ordenados en fila. Algunos ocupan localidades próximas á la escena, que heredaron de sus padres, como mayorazgos, y que no pueden vender ni hipotecar. ¡Tan grande es su pasión por las comedias!

No obstante se aplauden, y se celebran como venidos del Cielo; y estos vanos aplausos nos acarrean despues una lluvia de Poetas que nos oprimen, y la poesía se hace estudio de moda; de suerte, que es tenido por grande hombre un vanísimo Poeta.

No se figuran por cierto en España, cuando sus hombres de letras más distinguidos aplauden sin reserva los grandes trabajos de un Caro o de un Cuervo, que sus autores viven en la región del cóndor, en las entrañas de la América; a veces, y por largos días, sin comunicación con el mundo civilizado... El extranjero vive mal en Bogotá, sobre todo, cuando su permanencia es transitoria.

Pues soy el padre de Conchita, de esa que se llama en el cartel la Franchetti, de la que aplauden con tanto entusiasmo los imbéciles. ¡Qué tal!... ¿Les parece raro que silbe?... También yo he leído los periódicos; ¡qué modo de mentir! «La hija amantísima...» «El padre querido y feliz...» ¡Mentira, todo mentira! Mi hija ya no es mi hija, es un culebrón, y ese italiano un granuja.

Voy á emitir esta gran idea... Ya la he dicho.... No ha hecho efecto... Procuraré ser esmerado en la frase... Esta oración va bien... ¿Como la terminaré?... ¡Qué apuro!... No doy con el adjetivo... ¡Demonio de adjetivo!... ¡Ahí terminaré con un apostrofe ... allá va.... No ha hecho efecto ... no me aplauden."

En suma; cada poeta se va por su camino y sustenta opinión diversa y contraria á la de los otros. Lo que importa es que la sustenten bien y con brío. Entonces los aplaudimos á todos y cada uno de los que aplauden se queda con la opinión que tenia, si no es un tonto y si no hace como los que se mataban después de leer el Werther de Goethe.