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Eran raros porque se acostumbraba á matarlos. Teníase por pecado dejarles la vida, «pues estaban clasificados entre los monstruos». Así se expresan las antiguas narraciones. Todo cuanto se alejaba de las formas conocidas de la animalidad, y cuanto por el contrario se aproximaba á las del hombre, era reputado monstruo y se le daba pasaporte para el otro mundo.

No eran ciertamente las competencias groseras que se establecen en las sociedades profanas, donde las intrigas afectan un carácter violento, donde las relaciones del varón y la hembra tienen su fundamento siempre en la explosión de los sentidos, llevan el sello abominable de la animalidad.

He aquí un gran reloj, una gran máquina á vapor que imita exactamente el movimiento de las fuerzas vitales. ¿Es esto un juego de la Naturaleza? ¿O bien debemos creer que existe en esas masas una mezcla de animalidad?

Por tres motivos la bendigo. Pequeñas ó grandes, esas plantas tienen tres caracteres simpáticos: Primero su inocencia. Ni una sola produce la muerte. El mar no encierra ningún veneno vegetal. En las plantas marinas todo es salud y salubridad, bendición, de la vida. Esas inocentes sólo quieren alimentar la animalidad.

Cuando Visanteta, una criada de la huerta, morena, con ojos de zarzamora y una piel ardorosa y fina, le ayudaba á desnudarse ó le despertaba para llevarle al colegio, Ulises tendía los brazos en torno de ella con repentino entusiasmo, como si le embriagase el perfume de animalidad vigorosa y púdica que exhalaba la muchacha. «¡Visanteta!... ¡Oh, Visanteta!...» Y pensaba en doña Constanza.

La imprevisora y loca cigarra de la fábula es un ser laborioso y dulce, explotado hasta la muerte. En cuanto á la hormiga, modelo de economía doméstica que los padres ofrecen á los hijos, es una bestia rapaz que desde el mundo de la pequeña animalidad influye fatalmente sobre los hombres.

Las rodean de grandes muestras de respeto y cariño, como si fuesen unos animales hermosos desprovistos de alma; los poetas cantan sus virtudes; pero los hombres se indignan y protestan en masa siempre que las mujeres piden una participación directa en el desarrollo y la dirección del país que habitan. ¡Mucho besar su mano y quedar ante ellas con la cabeza descubierta y acoger sus palabras con gestos galantes de protección ó admiración!... Pero apenas representan un obstáculo para el egoísmo del hombre, éste las repele ó las atropella, resucitando su animalidad de las épocas remotas.

Nada nuevo podía esperar; se horrorizaba pensando en el parloteo vano de una desconocida que desea hacerse interesante; en las mentiras de un sentimentalismo repentino y falso; en la grotesca animalidad del acoplamiento que daría fin á tanta molestia. No; le era imposible.

Volvieron a surgir los chorros de humo sobre la carne chamuscada, sonaron los tiros, y el toro corrió otra vez, pugnando por aproximar la boca al pescuezo enroscando su cuerpo macizo; pero ahora los movimientos eran de menos violencia, como si su vigorosa animalidad comenzara a habituarse al martirio.

El pasado, duro y cruel, la infancia del hombre, apenas despojada de su primitiva animalidad, acampaba a las puertas de una villa moderna. Zaratustra procuraba retener al joven. Le era doloroso privarse de una charla en la que podía lucir su ciencia. ¿Ves qué sol tan hermoso? dijo . Pues tendremos lluvia antes de que acabe la semana. Se mojará el Entierro de la Sardina.