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Decid más bien la cara de mi señora Constanza de Morel, exclamó sorprendido Gualtero. Algo se le parece, á fe mía, dijo Roger un tanto confuso. ¿Con que un retrato? Tanto mejor y más difícil. Joven, soy Agustín Pisano, hijo del maestro Andrés Pisano y os repito que tenéis mano de artista.

Al embarcarnos en el muelle de la ciudad, á bordo de un bonito vapor, comenzamos á navegar el lago de Constanza propiamente dicho, que los alemanes llaman Boden-See. En breve tuvimos á la vista el angosto golfo que se prolonga hácia el N.-E., haciendo un abra en el territorio de Báden, con el nombre particular de Uberlinger-See.

En sus siestas de ebrio saciado y feliz, reaparecía Freya, que no era Freya, sino doña Constanza, la emperatriz de Bizancio. La veía vestida de labradora, tal como figuraba en el cuadro de la iglesia de Valencia, y al mismo tiempo completamente desnuda, igual que la otra cuando danzaba en el salón.

Las comunicaciones en Suiza. De Zuric á Schaffhousen. La catarata del Rin. La ciudad y el canton de Schaffhousen. Navegacion del alto Rin. La ciudad de Constanza. Los lagos internacionales.

Nuestros anales refieren entre los reyes ungidos y coronados á D. Pedro 3.º llamado el de los franceses, nieto de D. Pedro el Católico, é hijo de D. Jaime el Conquistador: á D. Alonso 3.º llamado el Franco: á D. Jaime 2.º el Justo, á D. Alonso 4.º el Benigno, á D. Pedro 4.º el Ceremonioso, á D. Juan 1.º el Amador de la gentileza, á D. Martin y á D. Fernando 1.º el Honesto: y las reinas que gozaron el honor de la coronacion, fueron doña Constanza, doña Sibila, doña Maria de Luna y doña Leonor, esposa la primera del rey D. Pedro el de los franceses, la 2.ª de D. Pedro el Ceremonioso en cuartas y últimas nupcias, la 3.ª de D. Martin, y la última de D. Fernando el Honesto.

Luego, los reyes normandos, precursores de Federico II el padre de doña Constanza, la emperatriz amada por Ferragut , explotaban la ciudad desierta y entera, arrancándole columnas y esculturas. Todas las construcciones medioevales del reino de Nápoles tenían despojos de Pestum.

Le parecía ver una insinuación clarísima en las palabras y en la risa de ambas jóvenes, y sin embargo apenas osaba dar á la tristeza y á los suspiros de Constanza la interpretación que su amor anhelaba. El día de San Andrés, último de Noviembre, fué el designado para la marcha.

Viuda del emperador Juan Dukas, tenía el señorío de tres villas importantes de Anatolia, con una renta de tres mil besantes de oro fino. Pero esta renta lejana, no llegaba nunca. Y casi de limosna se embarcó en una nave que hacía rumbo á las perfumadas orillas del golfo de Valencia. Su sobrina Constanza, hija de Manfredo, estaba casada con el infante don Pedro de Aragón, hijo de don Jaime.

Quisiera que desde mañana dedicáseis un par de horas diarias á instruir en lo posible á mi nieta Constanza, que bien lo necesita y no gusta de estudios. No parece sino que aprendió á leer para devorar novelas sentimentales é inútiles ó trovas insulsas.

Colón había encontrado el resumen de toda la ciencia de su época en el tratado De imagine mundi, del cardenal Pedro de Aliaco, teólogo, matemático, cosmógrafo, astrólogo, y uno de los que asistieron al Concilio de Constanza, donde fue quemado Juan Huss. El ejemplar De imagine mundi le acompañaba en todos sus viajes. Las Casas había visto este libro, ya ajado y cubierto de anotaciones en los últimos años de Colón.