Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 15 de junio de 2025


Un delicioso y vago sentimiento de dicha y libertad, como el que tendría un pájaro al volar si estuviese dotado de alma, penetró en su corazón y lo inundó de alegría. Era también la primera vez que Pepe Castro le apretaba la cintura.

¡No ... no ! murmuró Benina, dejando volar su mente vagarosa hacia los orientales conjuros propuestos por Almudena. Y si en las paredes no, debajo de los baldosines de la cocina o de la despensa puede estar lo que aquellos señores escondieron, creyendo que lo iban a disfrutar en el otro mundo.

Corazón, emoción, ala leve y sutil, tenlos siempre, oh varón, y siempre, oh mujer, y ambos siempre tendréis, con las rosas de Abril, entre risas de sol, un rincón de pensil en que a solas oir el volar de un querer.

Rizal siente volar en el ambiente Las cadencias aladas Que allí llegaban desde Extremo Oriente Por aires filipinos transportadas... ¡Melancólica música sonriente, por el artístico ideal rimadas!

Las Cortes harán eso y mucho más. ¡Oh, Sr. Araceli, yo estoy muy alegre! ¿Por qué? No por qué. Siento deseos de reír a carcajadas. Siempre que salgo de casa, y voy a alguna parte donde puedo estar con alguna libertad, me parece que el alma quiere salírseme del cuerpo y volar bailando y saltando por el mundo; me embriaga la atmósfera y la luz me embelesa.

Don Mariano, con los ojos cerrados y la cabeza tristemente doblada sobre el pecho, dejó volar el pensamiento por todos los sucesos de su ya larga existencia, y en todos ellos, prósperos o desdichados, veía la imagen de su esposa, de la inseparable compañera de su vida.

Dicen que no trabajaba bien cuando no había visto por la mañana a «la hijita». El no le decía «Nené», sino «la hijita». Cuando su papá venía del trabajo, siempre salía ella a recibirlo con los brazos abiertos, como un pajarito que abre las alas para volar; y su papá la alzaba del suelo, como quien coge de un rosal una rosa.

Salvador ignoraba que Carmen unía siempre a la idea de la muerte la aparición del ave fatídica; pero al notar el entristecimiento de su semblante, adivinador y cuidadoso, le dijo, como quien cuenta una infantil conseja: Ya no volverá la nétigua nunca a volar sobre tu jardín. Yo la maté, ¿no sabes?, con mi escopeta cazadora, desde el balcón de mi cuarto.

Gustaba de atravesar las aguas de los torrentes furiosos, o de volar sobre las olas del Oceano iracundo; me encontraba ufano de ejercitar mi fuerza contra los corrientes rapidas; gustaba durante la noche de observar la marcha silenciosa de la luna y el curso brillante de las estrellas; miraba fijamente los relampagos durante las tempestades hasta tanto que mis ojos quedasen deslumbrados, o bien escuchaba la caida de las hojas cuando los vientos del otono venian a despojar los bosques.

La interpelada estuvo muy dispuesta, y todas se pusieron á escucharla con gran atención; y nosotros con ellas. Era vez y vez una cabra, muy mujer de bien: que tenía tres chivitas que había criado muy bien, y metiditas en su casa. Si alguna vez me necesitas, ve á aquel paredón derrumbado, que allí está mi convento. Dicho lo cual, echó á volar cantando maitines.

Palabra del Dia

ayudantes

Otros Mirando