United States or Marshall Islands ? Vote for the TOP Country of the Week !


Cuando puedan doblar mi gran arco de guerra, los enviaré á la frontera, para que se alisten á las órdenes del invencible Copeland, gobernador de Carlisle. Y os aseguro que como lleguen á verse frente á frente de mi verdugo y á menos de cuatrocientos pasos, no cortará más dedos ingleses el viejo zorro de Douglas. Así viváis para verlo, camarada, dijo Simón.

6 Pero ellos dijeron: No beberemos vino; porque Jonadab hijo de Recab nuestro padre nos mandó, diciendo: No beberéis jamás vino vosotros ni vuestros hijos perpetuamente; 7 ni edificaréis casa, ni sembraréis sementera, ni plantaréis viña, ni la tendréis; mas moraréis en tiendas todos vuestros días, para que viváis muchos días sobre la faz de la tierra donde vosotros peregrináis.

11 Por tanto, puesto que vejáis al pobre y recibís de él carga de trigo; edificasteis casas de sillares, mas no las habitaréis; plantasteis hermosas viñas, mas no beberéis el vino de ellas. 13 Por tanto, el prudente en tal tiempo calla, porque el tiempo es malo. 14 Buscad lo bueno, y no lo malo, para que viváis; porque así el SE

1 Cuidaréis de poner por obra todo mandamiento que yo os ordeno hoy, para que viváis, y seáis multiplicados, y entréis, y heredéis la tierra, de la cual juró el SE

La fisonomía de Jacobo se puso sonriente y el joven se sentó entre su madre y su hermana. Pero bastante hemos hablado de esas atrocidades y de sus autores. Purifiquemos nuestro pensamiento y dulcifiquemos nuestro corazón. Decidme lo que hacéis y cómo estáis instaladas en Londres. No quiero que viváis ya tristes y encerradas; se acabaron los trajes negros y los velos sombríos.

No en verdad. Solo quiere que públicamente vivais como vasallos obedientes y sumisos, que no hableis mal de Mahoma y de su Ley, y que no hostigueis con vuestras temerarias confesiones á los jueces para que os entreguen á los verdugos.

-No haya más -dijo Dorotea-: corred, Sancho, y besad la mano a vuestro señor, y pedilde perdón, y de aquí adelante andad más atentado en vuestras alabanzas y vituperios, y no digáis mal de aquesa señora Tobosa, a quien yo no conozco si no es para servilla, y tened confianza en Dios, que no os ha de faltar un estado donde viváis como un príncipe.

Vosotros venís de los templos, de los salones, de las universidades... Yo vengo de la calle... Y vosotros no sabéis lo que pasa en la calle... Yo lo ... Por eso os digo que viváis alerta. La paciencia, una paciencia que ha durado muchos siglos, está ya a punto de agotarse. Nos hemos contado y os hemos contado también. Mañana, cuando más descuidados estéis, tal vez vengamos a arrojaros de aquí.

Quevedo, que tenía siempre valor para dominar las situaciones más difíciles, que no desatendía jamás ninguna circunstancia por ligera que fuese, se acercó á la mesa, desdobló el papel y le leyó: «Don Juan decía : He tenido la desgracia de conoceros y de que no me améis: mi vida es demasiado horrible para que yo la conserve, y me habéis hecho demasiado daño para que yo quiera vengarme de vos; me he vestido de boda para acudir á vuestra cita; de esa cita saldré envuelta en una mortaja; sois noble y generoso, y el único medio que tengo para que no me olvidéis jamás, es morir en vuestros brazos; cuando leáis este papel, habré muerto ya; os amo, os amo tanto, que todo por vos lo pierdo; hasta mi alma; que no me olvidaréis nunca, mientras viváis, y quiero mejor vivir muerta en vuestro pensamiento, que vivir muriendo lejos de vos, abandonada, despreciada por vos; que mi recuerdo no os haga infeliz; amad... amad mucho á vuestra esposa, porque si os ama como yo os amo, y un día se ve desdeñada por vos como yo me he visto, morirá como yo muero.

Antes de marcharse, el francés busca a Apolonio; pero no le halla, y se va sin despedirse de él. Apolonio también ha recibido un telegrama. Luego de leerlo, había dicho a los demás asilados: Señores: soy un sátrapa; tengo ya más riquezas que el preste Juan de las Indias, Creso y Montezuma juntos. Os prometo erigir un palacio donde viváis y llevéis cada cual la vida que os apetezca.