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Entreguen ustedes a los descendientes del alférez Vargas lo que mis abuelos tuvieron a bien darle, y no se hable más del asunto». Y tengo la certeza de que así lo escribiría el buen rey si alguien le hablase y le enseñase nuestros papeles.

Sólo cuando anuncia su designio de incendiar la hermosa ciudad, puede obtener que le entreguen la plaza pública, que es lo único que no está en su poder. Sabiendo que Paz se acerca, deja como inútil la infantería y artillería y marcha a su encuentro con las fuerzas de caballería, que eran, sin embargo, de triple número que el ejército enemigo.

Señor Comisario Real, Marqués de Valdelirios: Joseph de Barreda, de la Compañía de Jesús, Prepósito Provincial del Paraguay, parece ante V. S. para que en fuerza de su Real Comisión con que está entendiendo en los tratados de la línea divisoria de las dos Coronas de España y Portugal, se sirva de oir en justicia los clamores con que esta provincia desea manifestar la fidelísima lealtad con que hasta hora presente ha obedecido á ciegas y con pronto rendimiento las cédulas reales y todas las órdenes conducentes á la evacuación de los siete pueblos de Misiones que están entre el río Abiquy y las márgenes del río Uruguay para que, según el consabido tratado, se entreguen á los dominios de Portugal, y saliendo los indios que hoy los habitan á otros territorios pertenecientes á la Corona de España, trasladen á ellos sus bienes muebles y semovientes y fabricando nuevos pueblos é iglesias, labren tierras para mantenerse de sus frutos.

Pues nada más fácil, querido doctor observó sonriendo Esteven, ponga en la misma mesa a Jacintito, y le dará conversación al sordo-mudo, y así no se aburrirá. El país no se ha de hundir por eso. Le pondremos, amigo; muerto por mil, muerto por mil quinientos. Que venga su hijo, y si no quiere venir, que no venga; yo daré orden al Habilitado que le entreguen trescientos pesos todos los meses.

Nuño tiene dos hermanas famosas por su belleza, y la mayor, llamada Leonor, es la prometida de Iñigo. Leonor se ha quejado en algunas ocasiones de la vergüenza, que recae sobre los españoles en sufrir que se entreguen á los infieles mujeres cristianas.

19 Y dijo el rey Sedequías a Jeremías: Me temo a causa de los judíos que se han adherido a los caldeos, que no me entreguen en sus manos y me escarnezcan. 20 Y dijo Jeremías: No [te] entregarán. Oye ahora la voz del SE

De manera que, así en el embolso de real hacienda, como en el de los particulares fieles, vendrá S.M. á ser perjudicado en mas de un millon de pesos anualmente; y no es de menos consideracion, el que V.S. tenga presente, ser este el tránsito preciso, por donde pasa el correo de Buenos Aires al Perú, y por donde se conduce el situado para dicha ciudad de Buenos Aires, y todo el comercio de aquella con las provincias de la tierra: de modo que, esta es la única y precisa puerta para internarse á todo el Perú, porque aquí igualmente se han de conducir los auxilios de víveres para las plazas de Potosí y Chuquisaca, las que, abandonada esta provincia, quedaron en asedio, expuestas totalmente á que por hambre se entreguen al enemigo.

Tuvieron presente los Señores deberse obsequiar á los oficiales y tropa de la primera guardia de honor que se ha puesto á este Cabildo Gobernador; y mandaron que por el Tesorero de propios se entreguen á cada uno de los cuatro oficiales un relox bueno, y se repartan cien pesos entre la tropa. Con lo que se concluyó la acta, que firmaron dichos Señores, de que doy .

Al poco rato se presentó en la sala un muchacho alto y delgado. Díme, Juan, ¿te conocen en la Segada? No lo creo, señorito, porque como usted sabe, hace pocos días que he llegado de Castilla. Pues entonces te voy á confiar un encargo muy delicado. Toma esta carta. Inmediatamente corres á la Segada, llamas en el palacio y dices que la entreguen al señor conde.

Mañana me envías todas las cartas que tengas de ese hombre: un paquetito á nombre mío y que lo entreguen al portero de la Residencia... Y hoy mismo, sin excusa alguna, le escribes cuatro letras á ese individuo. «Muy señor mío: por no disgustar á mis padres... ó por consejo de mi director espiritual...» en fin, lo escribirás bien: las mujeres, tenéis talento para esas cosas.