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Actualizado: 15 de julio de 2025


La batalla de Ayacucho inmortalizó el nombre del valiente hijo de Cumaná, tan buen patriota como virtuoso ciudadano, tan hábil como noble general. Al siguiente dia de esta batalla Bolívar entraba en Lima y expedia un decreto por el cual convocaba un Congreso para el 10 de Febrero del próximo año.

Con esta combinacion, con la sagaz oposicion de los sentimientos buenos á los sentimientos malos, se debilitan suave y eficazmente muchos de los gérmenes de mal que abriga el corazon humano; y el hombre es virtuoso, sin dejar de ser sensible. Una regla para los juicios prácticos.

Un hombre salva á su patria, por un sentimiento de vanidad, ó con un fin de ambicion ó de codicia: su accion salvadora, no es mirada como un acto virtuoso.

Viajaba por gusto, y era esencialmente bueno, aunque un sentimiento virtuoso de cólera no le impeliese a estrellarse contra los vicios y los extravíos de la sociedad. Es decir, que no se sentía con vocación de atacar los molinos de viento, como don Quijote.

El uno era el virtuoso Vicario de Aldea, de Enrique Zschokke , cuyo diario había leído siempre con lágrimas, porque el ilustre escritor suizo ha sabido depositar en él raudales de inmensa ternura y de dulcísima resignación. El otro era el P. Gabriel, de Eugenio Sue , que este fecundo novelista ha sabido hacer popular en el mundo entero con su famoso Judío Errante.

Otro, con la intencion mas desinteresada y pura, con el mas ardiente anhelo de salvar á su patria, la compromete, por un error, la pierde; este desventurado no deja de ser un hombre virtuoso; la misma accion funesta en resultados, es considerada como un acto de virtud.

Opulento, y por tanto no faltándole amigos, disfrutando salud, siendo buen mozo, prudente y moderado, con pecho ingenuo, y elevado ánimo, creyó que podia aspirar á ser feliz. Estaba apalabrado su matrimonio con Semira, que por su hermosura, su dote, y su cuna, era el mejor casamiento de Babilonia. Profesábale Zadig un sincero y virtuoso cariño, y Semira le amaba con pasion. Rayaba ya el venturoso dia que á enlazarlos iba, quando paseándose ámbos amantes fuera de las puertas de Babilonia, baxo unas palmas que daban sombra á las riberas del Eufrates, viéron acercarse unos hombres armados con alfanges y flechas. Eran estos unos sayones del mancebo Orcan, sobrino de un ministro, y en calidad de tal los aduladores de su tio le habian persuadido á que podia hacer quanto se le antojase. Ninguna de las prendas y virtudes de Zadig poseía; pero creído que se le aventajaba mucho, estaba desesperado por no ser el preferido. Estos zelos, meros hijos de su vanidad, le hiciéron creer que estaba enamorado de Semira, y quiso robarla. Habíanla cogido los robadores, y con el arrebato de su violencia la habian herido, vertiendo la sangre de una persona que con su presencia los tigres del monte Imao habria amansado. Traspasaba Semira el cielo con sus lamentos, gritando: ¡Querido esposo, que me llevan de aquel á quien adoro! No la movia el peligro en que se veía, que solo en su caro Zadig pensaba. Defendíala este con todo el denuedo del amor y la valentía, y con ayuda de solos dos esclavos ahuyentó á los robadores, y se traxo á Semira ensangrentada y desmayada, que al abrir los ojos conoció

Pero entónces no llevamos en cuenta una cualidad que influye sobre manera en casos semejantes: la firmeza de carácter. Este olvido podrá hacer muy bien que defraude nuestras esperanzas un hombre virtuoso, y las exceda el malo; pues que para sacar airosa la virtud en circunstancias apuradas, sirve admirablemente el que obren en su favor pasiones enérgicas.

»Porque, hermanos míos, estas palabras pueden aplicarse al virtuoso, al digno, al respetable anciano que todos lloramos... en una palabra, a Nicolás Kernok, antiguo negocianteAquí el señor Durand dio un primer codazo a Grano de Sal, que, apretándose la nariz con el pulgar y el índice, dejó escapar una especie de mugido sordo, como una risa ahogada.

El verdadero honor del cristiano consiste únicamente en servir a Dios y cumplir sus santos preceptos... Escucha, Ricardo... Cuando te preguntaba si me amabas mucho es porque tenía necesidad de saberlo..., de saberlo con entera y absoluta certeza... Voy a hacerte una confesión, después de la cual, si eres tan virtuoso y tienes tanta fe como puedo exigir de ti, tal vez me ames más... Si tu fe es tibia y vacilante y pagas tributo a las frívolas consideraciones mundanas, seguramente me amarás menos y quizá llegarás a huirme...

Palabra del Dia

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