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Actualizado: 19 de junio de 2025


Bajo tu dirección, la masa estoica se redimió con el esfuerzo suyo; si Bonifacio y su legión heroica triunfo obtuvieron, ¡fué ese triunfo tuyo! La grana de tu sangre redentora, en que la fuerza y el valor se adunan, cual rubí del volcán, tiñó la aurora del gran Pentecostés del Katipunan.

«Con que no lo olvides... Preséntate en cualquier estudio, y eres un hombre. Con tu piojín a cuestas, serías el San Cristóbal más hermoso que se podría ver. Adiós, adiós...». Más escenas de la vida íntima i Saliendo por los corredores, decía Guillermina a su amiga: «Eres una inocentona... no sabes tratar con esta gente. Déjame a , y estate tranquila, que el Pituso es tuyo. Yo me entiendo.

Y luego, la pobre Inesita..., que no tiene, como yo, un marido a quien complacer a y quien amar, ¿por qué ha de ser víctima de ese antojo tuyo? Tales razonamientos ejercían un poder invencible en el alma de don Braulio. Nada hallaba que contestar a ellos, y se callaba.

Subid por el tapial, y de allí por el abedul tomad tierra: catad de non caer, e si caedes catad de lastimaros razonablemente e nada más." Tres veces se le agolparon lágrimas de gozo a los ojos de aquel menguado lector, compañero tuyo en aquel trance de lición, ¡oh, benévolo leyente!, e tres veces suspiró e desahagóse el pecho.

16 Tres veces cada año parecerá todo varón tuyo delante del SE

NARV. Moro, pues sabes el mío, Dime el tuyo; que, si puedo, Obligado a tu bien quedo. ARR. De tu grandeza lo fío. NARV. Esta mi pasión me obliga A pensar que quieres. ARR. Quiero... Pero mi tormento fiero No permitáis que os le diga; Mayor es que amor airado. NARV. ¿Mayor que amor puede ser? ARR. Es celos de mi mujer, Rodrigo, que soy casado. NARV. ¡Con celos, y estás aquí!

No esperaba yo antes de llegar á casa tan feliz encuentro. Pero Dios es muy bueno y cuando menos se piensa favorece á sus criaturas. ¡Qué criaturita de Dios! exclamó Flora riendo con malicia. De Dios soy, hija mía, pero también quisiera ser tuyo. ¡Virgen! ¿Y qué iba á hacer yo con usted si fuese mío? Cuanto quisieras, hermosa.

Papá ha almorzado solo, porque tenía una cita, y no vendrá hasta las tres: dijo, tendiendo a Pepe la mano, que él retuvo un instante entre las suyas. Pues me voy. ¡No! Ya me he cuidado de decir que tenía yo que venir al despacho. Me repugna esto de quererte a hurtadillas. A también; pero, ¿qué remedio? ¡Está bueno lo que pasa! el riesgo es mío y el miedo tuyo.

Primero lo atribuyeron a cansancio; pero notaron luego que después de las doce horas de sueño reparador, estaba más triste aún. No sostenía ninguna conversación. Parecía que nada le interesaba, ni aun la herencia, de la que hablaba poco, aunque siempre en términos precisos. «¿Sabes que tu hermano lo ha tomado con calmadijo doña Lupe a Maxi una noche. ¿Qué? El asunto tuyo.

Al cabo se acercó por detrás á su querida y, tomándole el rostro entre las manos, le dijo inclinándose: No hablemos más de eso. Seamos felices. Hace ya algún tiempo que me tratas con mucha crueldad, ingrata. Mis caricias no logran despertar en tu corazón un movimiento de ternura ni en tus labios una sonrisa. Á medida que mi amor crece parece debilitarse el tuyo. Te encuentro muy fría.

Palabra del Dia

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