United States or Cabo Verde ? Vote for the TOP Country of the Week !


Voy a poner la mesa... Tenga usted quietecitas las piernas, que necesito de ellas en este momento. Juntó las suyas con las del clérigo, extendió una servilleta por encima y fue colocando los víveres. Los frascos con el vino los puso en el suelo. Me parece que no habrá necesidad de que saque los tenedores, ¿verdad?... Seamos humildes. Comamos con los dedos.

Usted mismo, poeta, si se propusiese hacer unos versos sobre esto, ¡qué de cosas bonitas diría!... El augusto silencio; el Océano recogiéndose para presenciar mejor la divina ceremonia; la mañana esplendorosa, las gentes llorando, un hálito celeste descendiendo sobre el buque cual música angélica... Y fíjese en la realidad: no hay más música que la de los ventiladores y abanicos; los hombres chorrean sudor y miran a las puertas deseando huir; abajo suenan los platos y los tenedores de los herejes, que toman su primer almuerzo; en la proa y en la popa gritan, juran y cantan los emigrantes; los camareros suben y bajan las escaleras con sus útiles de limpieza... No; decididamente, no hay poesía religiosa en estos buques modernos.

En las gacetas de Buenos Aires se registra un comunicado virulento, obra suya, escrito contra el Gobierno por haber dictado una providencia sobre fondos públicos que menoscababa el interés de los tenedores, siéndolo él de algunos millones. Más tarde, mejor aconsejado, dió una satisfacción al Gobierno por otro comunicado.

Habíase encargado una nueva y fina vajilla con la cifra de Belinchón; todo el aparato de las comidas modernas, cuchillos de hoja de plata, para la fruta, tenedores de ostras, tarjetas litografiadas para el menu y otros utensilios inusitados hasta entonces en las comidas de la casa.

Tenían una cama pequeña para el oso pequeño, una cama mediana para el oso mediano, y una cama grande para el oso grande. 15 Y esto era todo. Una mañana tenían sopa para el almuerzo. Echaron la sopa en los platos. Pero la sopa estaba tan caliente que no podían tocarla con la lengua. Los osos, como Vds. saben, no emplean ni cucharas, ni cuchillos, ni tenedores.

Todos los utensilios de cocina de Hexe-Baizel consistían en una olla de metal, un puchero de barro rojo, dos platos desportillados y tres o cuatro tenedores de estaño; todo su mobiliario, en un asiento de madera, una hacheta para partir la leña, una caja con sal colgada de la piedra y la gran escoba de retamas verdes.

Las fianzas que el duque hacía por sus más íntimos amigos o parientes eran del tenor siguiente: Las hacía generalmente en papel, exigía al afianzado un seis por ciento del capital depositado, y se encargaba además de cortar y cobrar los cupones. De suerte que el capital, en vez de redituarle lo que a todos los tenedores de valores del Estado, le producía un seis por ciento más.

En un salto llegó Loppi a su casa, e iba riendo por el camino, y tirando por el aire el sombrero. Llena estaba ya la mesa de platos, cuando él llegó, con cucharas de hierro, y tenedores de tres puntas, y una jarra de estaño: y el ganso con papas, y un pudín de ciruelas. Hasta un frasco de anisete había en la mesa, con su forro de paja. Pero Masicas estaba pensativa.

Fácilmente puede imaginarse la animación de la granja, las idas y venidas de los criados, los gritos de entusiasmo de todo el mundo, el chocar de vasos y tenedores, y la alegría que reflejaban aquellos rostros cuando Juan Claudio, el doctor Lorquin, los Materne y cuantos habían acompañado al carruaje de Catalina se instalaron en la amplia sala, alrededor de un magnífico jamón, y se pusieron a celebrar sus futuros triunfos con la jarra en la mano.

«L'appetit vient en mangeant» dijo Melchor, mientras levantaba en toda la extensión de sus brazos los tenedores con que pretendía sacar de la fuente los kilométricos tallarines. ¿Qué vino gustan tomar? preguntó Baldomero, haciendo una verdadera gambeta a la sentencia de Melchor. Gracias, tomo agua dijo Lorenzo. Y yo también. Para cualquiera. dijo Ricardo.