Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 25 de mayo de 2025
¿Cómo? ¿Qué?... ¡Ah, señor, señor Domingo! dijo dejando caer su escopeta. Sí, soy yo, yo mismo, mi viejo Andrés. Me arrojé en brazos de mi viejo servidor. Al fin de tanta compresión mi corazón, por sí mismo, estalló v se dilató libremente en sollozos. Domingo había terminado su relato.
¡Tú! exclamó con tanto asombro como cólera . Ya no me acordaba que eres servidor de mi famosa parienta la condesa. ¿Conque la sacaste tú? Y la volveré a sacar. Tú bromeas... no pienses que me apuro mucho... ¿Crees que insisto en casarme con ella?... Pues ahora de mejores veras debes poner los pies en polvorosa, porque voy a contarle a mamá tu hazaña... Francamente, yo creí que era una calumnia.
Me volví hacia donde estaba Dechard, pero éste había desaparecido; fiel a la consigna recibida del Duque, en lugar de atacarme había corrido a la puerta de la otra celda y cerrádola tras sí. ¿Qué sería del Rey en aquel momento? No dudo que Dechard le hubiera dado muerte y a mí también, sin la intervención de un adicto servidor que dio la vida por su soberano.
Como esas casas no son más que vanidad y vanidad, por no confesar que le faltaban los cuartos y no pedirlos a una persona de conocida honradez, pongo por ejemplo, un servidor, va y los recibe de un pillastre, de una sanguijuela que le está chupando cuanto posee. Buenas cosas van a decir de nosotros los badulaques de la Junta de Orense.
Con decir eso dijo el Estudiante hubiéramos ahorrado lo demás: vuesa merced me conozca por su servidor; que hay muchos días que le deseaba conocer. Pero, ¿no me dirá, señor Diablo Cojuelo, por qué le pusieron este nombre, a diferencia de los demás, habiendo todos caído desde tan alto, que pudieran quedar todos de la misma suerte y con el mismo apellido ?
«Por el paso en que estoy, y por la cuenta que voy á dar á Dios, declaro y juro que he vivido siempre y muero como fiel y católico cristiano, y de esto hago á Dios testigo. Y confieso á mi Rey y señor natural, y á todas las coronas y reinos que posee, que jamás fuí sino fiel servidor y vasallo suyo; de lo cual podrán ser buenos testigos el señor Condestable de Castilla y su sobrino el Sr.
Unos pasos pesados resonaron en la pieza inmediata, se oyó una voz sonora y el moreno, barbudo y bigotudo Campistrón entró con noble ademán, se inclinó sonriendo, con la mano en el pecho, como un cantante que sale á recibir los aplausos, y dijo modulando la voz como si cantara: Servidor de ustedes, señores. ¿De qué se trata? ¡Ah! Prepárate á desmayarte, Campistrón, contestó la gruesa rubia.
Su respetuoso y reverente servidor. Pasaron tres meses sin que don Elías contestara. Al fin contestó, advirtiendo que esperara un poco, que avisaría si podía venir ó no. Un mes después escribió de nuevo llamando á Lázaro á su lado, y añadiendo que de su comportamiento y disposiciones dependía el que hiciera fortuna. Lázaro no cabía en sí de gozo.
Y el sencillo servidor del templo levantaba sus manos con expresión de súplica, mientras sus ojos se empañaban con lágrimas. Ten calma, Esteban. Hablemos como hombres, sin exclamaciones y llantos. Mírame a mí: estoy sereno, y no creas por ello que es menos cierto que me iré hoy mismo si no accedes a mi súplica.
Y así ha estado la carta. Muerto el Marqués, no existían en el mundo sino tres personas sabedoras del propósito de la Condesa de dejar a V. por heredera. ¿Y quiénes eran esas tres personas? preguntó doña Luz con el mayor interés. La misma Condesa, mi mujer, que es sigilosa hasta lo sumo, y un servidor de V., señora Marquesa. ¿Y nadie más? Nadie más. ¿Está V. seguro? Lo estoy.
Palabra del Dia
Otros Mirando