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Nuevas lágrimas humedecieron sus ojos. ¡Ay! ¿Cómo conseguiré que me creas?... ¿Qué juramento podré hacerte para que te convenzas de que digo verdad?... El capitán dió á entender con su aire impasible la inutilidad de estos extremos. No había juramento que pudiese convencerle. Aunque dijera la verdad, no la creería.

ARR. Pues eso quiero; y si sufrir no pude Mujer hermosa, viviré sin ella, Y haré cuenta que es muerta; que bien puedo, Pues si es cristiana, no es la que solía. NARV. Primero que a Coín vuelvas, Arráez, Le has de dar la mitad de tu hacienda Para que viva aquí; si no, no creas Que deste cautiverio libre escapes.

Simpatía profunda; estimación grandísima; amistad sincera, eso , porque todo se lo merece... Lo positivo, lo cierto, es que si se me preguntara hoy por quien tuviera en su voluntad el don de arreglar las cosas al capricho de la mía, qué es lo que más ambiciono, respondería sin titubear y con el corazón en la lengua: «que no tenga fin esta vida que ahora traigo.» Y nada más ni nada menos, Virtudes; créasme o no me creas.

He amado mucho, he sufrido mucho, y también he gozado, que no es esta hora de mentir, ni siquiera de disimular.... Y mira, no creas que yo he sido tan malo como dicen.... Anduve por el mundo locamente y pequé y caí veces innumerables; pero otras veces, ¡también muchas!, levanté a los caídos en mis brazos, prodigué a los tristes mi corazón y mi fortuna..., fuí piadoso y noble....

Apartáronse del pretil, doblaron la punta de la batería y entraron en los muelles. ¿Sabes una cosa que estoy pensando, Soledad? ¿Qué? Que si por casualidad tropezásemos en este momento con Velázquez ó con algún amigo que se lo fuese á contar, podría imaginarse cualquier cosa y tendrías un grave disgusto... No lo creas.

, afirmó Pecado, despidiendo de sus ojos brillo de animación y alegría . Para ir mandando la tropa y arreando palos..., así..., ¡toma! No, no, no se pega. No creas que los generales pegan... Hay carreras preciosas, como Estado Mayor, Ingenieros, Artillería. ¡Artillero, artillero! gritó Pecado, dando golpes en la mesa . Ya me verás, cañonazo va, cañonazo viene... ¡Bum, bum!

¿En qué? En que, rechazado por ti mi tratamiento, te debo considerar como incurable y hacerte el amor. ¡Qué disparates dices! ¿Vámonos al Retiro?... ¿Te acuerdas de aquellos paseítos, del Museo, de las fieras, de las naranjas que nos comimos entre los dos? Bien me acuerdo... Déjate de tonterías. No, no creas que voy a repetir ahora lo que entonces te decía.

La vieja fue detrás de él, gritando: «Aguarda, aguarda, mala sangre. No creas que te me escapas. Yo también tengo buenos remos». Al quedarse sola, Isidora estuvo largo tiempo pensando en su infeliz hermano, y decía: «¡Imbécil, imbécil!... Así no sentirá nada... Y yo, cada vez con más talento para pensar, para comparar... ¡Qué desgraciada soy, y él qué feliz!».

La aprobación de Juanito templó las iras del viejo. No creas por eso que me forjo ilusiones. Esto está muerto y bien muerto. No es culpa de los de allá, sino de la gente de aquí. Se acabó el buen gusto.

Olvídalo, y a nadie, ni a tu confesor, hables de eso. reconocerás que está lleno de seducciones y que no es extraño que su fantasía acalore y agite el alma de una... Pero no hables de eso. Calla, por favor. ¿De veras no le amas? No. ¿Ama a alguna otra de esta casa? No ... calla... no, a nadie de esta casa respondió turbada . Pero ¿no merezco que me creas? No, casi no.