Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 25 de mayo de 2025


Temblando de miedo ante furia semejante, el viejo servidor tuvo que tartamudear: Es cierto, señor vizconde, es cierto... En Francia hay un rey... Hay un grande y magnánimo rey, «François I». Hay... un grande... y magnánimo... rey... «François I»... ¡A quien Dios guarde muchos años! A quien Dios guarde muchos años...

Así dejara el alma en la tarea no se guardaría en el bolsillo, ni achocaría para el arcón media docena de duros. En Villaverde se gana poco, y la vida es cara. Los méritos de un servidor, de un empleado, son mayores y más estimados cuando gana poco. Aquello parece una escuela de franciscana pobreza, una hermandad de miseria voluntaria.

¡Comandante! ¿De qué? tornó Stein a preguntar. Del fuerte de San Cristóbal. ¡Del fuerte de San Cristóbal!... exclamó Stein estático. Servidor de usted dijo el recién venido, saludando con cortesía ; mi nombre es Modesto Guerrero y pongo mi inutilidad a la disposición de usted.

Tendrían más dinero, es cierto, pero se quedarían solas, como abandonadas, sin más amigos que un viejo servidor trabajado y achacoso; un médico tan pobre como ellas, y un dómine que se moría de tristeza y... ¡de hambre! Al irse Angelina fué preciso buscar una criada que viniera en auxilio de mi tía Pepa y de señora Juana. Pero, ¿con qué pagarle sus servicios?

Andrés se encargó de allanar el camino. El desinteresado servidor me propuso que volviera yo a la Capital para continuar los estudios. Sacrificaré me repitió ¡hasta el último medio! Eso no era posible. Convinimos en que hablaría con algunas personas de las más ricas de Villaverde, particularmente al señor Castro Pérez, para que me proporcionaran empleo.

Triste cosa, señor, lo que le ha sucedido a nuestro pobre amo se arriesgó a decir el bien enseñado servidor, que toda su vida la había pasado al servicio de los anteriores propietarios. Me temo que la pobre y joven señorita sienta demasiado el peso de su desgracia. Lo siente demasiado, Gibbons respondí, tomando un cigarrillo y quedándome de pie con la espalda hacia el fuego.

Un servidor, en los veinticuatro años que yevo con mi Teresa, no la he fartao ni con er pensamiento, y eso que soy torero y tuve mis buenos días, y más de una moza me puso los ojos tiernos. Gallardo acabó riéndose del banderillero. Hablaba como un padre prior. ¿Y era él quien quería comerse crudos a los frailes? Nacional, no seas bruto.

»Dejome hablar sin interrumpirme, y cuando hube terminado, sacó de su bolsillo una carta que me entregó, diciéndome: »No hable usted de este escrito a nadie en el mundo... ni aun a . »La letra era de la mano de la Reina, y he aquí el contenido de la carta: * «Nadie más que usted, Carlos, ama al Rey mi esposo: no hay servidor más fiel, ni consejero más inteligente.

Era un excelente servidor que había sustituído al criado modelo que la señorita Guichard había quitado á Fortunato veinte años antes. Ningún ofrecimiento había hecho mella en Federico; por eso, en sus días de buen humor, Roussel le llamaba Hipócrates.

La situación pareció tan peligrosa á Roussel, que juzgó conveniente abreviarla, por muy dulce que le resultase este momento, esperado por él durante un mes. Pero hace mucho tiempo, querida prima, que te estoy sustrayendo á tus convidados, dijo, y añadió con graciosa galantería, inclinándose ante ella: ¿Qué ordenas ahora á tu servidor?

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando