United States or Costa Rica ? Vote for the TOP Country of the Week !


Por más que digas, a ti te gustan las novelas, las complicaciones, las situaciones escabrosas; tienes exactamente la fuerza necesaria para rozar las dificultades sin averías y bastante debilidad para saborear delicadamente las angustias. te procuras todas las emociones extremas, desde el miedo de ser un mal hombre hasta el placer orgulloso de reconocerte casi héroe.

En el libro que motiva estas páginas, el autor, según lo declara, ha procurado contar, y contar ligeramente, «sin bagajes pesados». Este propósito, probablemente, ha hecho que no profundice nada de lo que observa, sino que se contente con rozar la superficie. Uno de los rasgos más característicos de Colombia, es su poderosa literatura.

Don Juan cree asistir a la resurrección de su antigua Cristeta, la que salía del teatro en su primera época de comedianta pobre. No se ha equivocado; ella es. Dame el brazo le dice en voz baja y acercándose. Cristeta obedece, y el galán, al rozar el cuerpo de su amada, siente algo parecido al latigazo de una descarga eléctrica. La mujer tiembla pudorosamente, pero sin medrosa hipocresía.

Ellas, las mozas, venían en grupo, disimulando su turbación con una sonrisa y haciendo sonar sus enaguas almidonadas y sus vestidos de percaltiesos a fuerza de planchado y que cantaban alegremente al rozar el suelo.

Esta puerta da a un pasadizo oscuro, por donde entran, como por una cerbatana, gritos estridentes, alaridos, bramidos, imprecaciones, carcajadas, cantares, ruidos; son de cadenas que se arrastran, chasquidos de puertas que se cierran, una tempestad continua de sonidos discordantes, secos, desentonados, agudos, horribles; algunas veces, de noche, muy tarde, suele avanzar, jadeante y cansado, por decirlo así, un canto triste, dulce, suspirante, siempre el mismo, cuyas palabras, no se entienden, pero cuyo sentimiento se adivina; canto con el que vuela por la estrecha crujía, apagándose, perdiéndose, gastándose al rozar las paredes, el alma de un ser que llora cantando: suave oleada que se escapa de un océano de sentimiento, y que acaricia mi alma y la consuela.

Rafael se detuvo en la narración de sus proezas hípicas, viendo la sombra de una persona en el cuadro de la puerta, sobre el fondo de luz violácea del crepúsculo. ¡Ah! ¿eres ? dijo riendo. Pasa, Alcaparrón, no tengas miedo. Entró un mozo de escasa estatura, avanzando cautelosamente, de medio lado, como si temiera rozar la pared.

Querría volver a verte como te había visto, estrecharte, enlazarte entre mis brazos, desflorar con mis labios una de las trenzas de tus cabellos querría oír tan sólo el rumor de tus ropas al rozar con los matorrales, el ruido de tus pasos sobre las hojas secas, como cuando en el recodo de un sendero, ese ruido me anunciaba tu presencia . ¡Ay! ¡yo querría que me fuese dable perseverar en el error, creer aún en tu amor, no haberme desengañado!

Sus ojos estaban inflamados, como si fuesen á manar sangre; su voz era trabajosa, cual si tirasen de ella, no dejándola salir el alcohol y la cólera. ¡Vesten! dijo con imperio á Batiste, avanzando una mano amenazante hasta rozar su rostro . ¡Vesten ó te mate! . ¡Vete!.. ¡Vete ó te mato! ¡Irse!... Esto es lo que deseaba Batiste, cada vez más pálido, más arrepentido de verse allí.

Consulté mi reloj: eran cerca de las dos... Oía a la distancia los sonidos de un piano y el rítmico rozar de los danzantes... ¡Mis bodas! Me alisé el pelo, me ajusté la corbata, y, francamente, mi más grande satisfacción habría sido irme a tenderme en mi vieja cama y subirme la cobija hasta las orejas, en lugar de... ¡Brrr! En fin, ¿qué hacer? Me dirigí, pues, a los salones.

Y cuando al oír un ligero silbido de mis labios, ambos acudieron desde lejos dando brincos y vinieron a rozar suavemente mi cuello con sus hocicos, esperando una caricia, mi corazón se dilató: me sentía orgullosa de que hubiera en la tierra criaturas, aunque privadas de razón, que se inclinaban ante mi poder y me eran sumisas por afecto, y alcé hacia Roberto una mirada triunfante: ahora él debía saber quién era yo y qué pretendía.