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Actualizado: 4 de julio de 2025
Me llamo, pues, Fígaro; suelo hallarme en todas partes; tirando siempre de la manta y sacando a la luz del día defectillos leves de ignorantes y maliciosos; y por haber dado en la gracia de ser ingenuo y decir a todo trance mi sentir, me llaman por todas partes mordaz y satírico; todo porque no quiero imitar al vulgo de las gentes que, o no dicen lo que piensan, o piensan demasiado lo que dicen.
Luego, María Teresa repuso: Yo ya no soy golosa... ¡Pero aun le gustan los helados! Juan, usted se ha puesto insoportable. En penitencia, tome usted esta rosa, que la llevará consigo todo el día, para que le recuerde que ha sido mordaz con su antigua amiga... ¡Vamos, adiós!
Pudiera ser también que un cuákero ú otro individuo perteneciente á una secta heterodoxa, iba á ser expulsado de la ciudad á punta de látigo; ó acaso algún indio ocioso y vagamundo, que alborotaba las calles en estado de completa embriaguez, gracias al aguardiente de los blancos, iba á ser arrojado á los bosques á bastonazos; ó tal vez alguna hechicera, como la anciana Señora Hibbins, la mordaz viuda del magistrado, iba á morir en el cadalso.
Por lo demás, si hay algo de cierto en el mordaz proverbio que dice: Al andaluz hacedle la cruz, y al cordobés de manos y pies, bien puede afirmarse que no reza con las mujeres; antes son víctimas las pobrecitas de lo levantiscos, alborotados y amigos de correrla que son generalmente los maridos. Si el marido es mozo y alegre, suele pasar meses enteros lejos del techo conyugal.
Era harto sabida en Madrid la leyenda de la semejanza, con todos sus antecedentes, y hubiera sido una profanación inicua someter aquel ángel a nuevas comparaciones y nuevos comentarios del público mordaz. Por eso se creía más obligado a alejarse de ella cuanto mayores eran sus deseos de acercarse.
Esta palabra mordaz, aplicada pérfidamente, tenía el privilegio de aplacar las rebeliones de Carmen, tan humanas y tan justas. Humilló la mirada, y cogió del suelo el bastidor. Estaba pensando: ¡Santa! Todavía no lo soy; me sublevo; me he mofado de ellas con Salvador..., las he acusado..., casi las odio.... ¡Dios mío, hazme buena, hazme santa!...
¿Y creéis que aunque anduvísteis extremadamente injusto, apasionado y mordaz en el tal romance, fué esta sola la causa de vuestra prisión? Sé que anduvieron también en ella vuestras antiparras. Más claro. Por turbias que sean esas antiparras para el duque de Lerma, todos ven que son ellas don Rodrigo Calderón. ¡Ah! ¡el bueno de mi secretario! Vuestro amo. ¡Mi amo! Y del rey. ¡Ah!
No os aborrezco dijo seriamente la joven , porque yo no he nacido para aborrecer; no os estremecéis vos del daño que me habéis causado por vuestro interés propio, porque... no veis mi alma, porque no sabéis qué horribles pensamientos pasan por ella, ó porque, si lo comprendéis, no tenéis corazón. ¿Qué os importa á vos, poeta que de lo más santo se burla, que á lo más respetable zahiere, que arroja su chiste mordaz sobre todo y todo lo calumnia; cortesano enredador que sobre todo pasa, cuando encuentra un obstáculo en el tenebroso camino que sigue; sabio que no ha sabido conservar la ternura, la caridad de su alma si alguna vez la ha tenido; qué os importa, digo, que una pobre mujer, que si no era feliz, no era desgraciada, se retuerza como una sabandija en el fuego por vuestra causa, porque la habéis necesitado para vuestros proyectos, y que caiga ante vos ensangrentada, palpitante, aniquilada? ¿qué importa? ¿qué importa?
¿Y qué? preguntó la abuela. Que es un amor inadmisible respondió Brenay con su voz más mordaz, que estoy seguro de que hace estremecerse de horror en sus tumbas a todos los Brenay pasados... Sin contar los Mauval a que yo pertenezco, apoyó la de Brenay.
¡Señor de Avrigny! decía el joven, aturdido por las palabras de su antiguo tutor. ¡Qué es eso! repuso el padre de Magdalena con acento más tranquilo, pero más mordaz todavía. Te ofenden mis reproches porque son justos, ¿no es cierto? Pues no tendrás más remedio que habituarte a ellos si sigues llevando esa vida ociosa, o renunciar a tratarte con un tutor regañón y descontentadizo.
Palabra del Dia
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