Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 29 de mayo de 2025
¡Eso es, hazle frente, y después de haberle robado la honra, mátalo!... Los valientes hacen las cosas por redondo. Eres un necio y un fatuo... Si no amas la vida ahora, no mereces la dicha que has logrado... ¡Huye, huye, insensato!... El valor no consiste en despreciar la vida, sino en saberla perder á tiempo. El viento había derribado el sombrero del señorito.
Y se te deja seco... Y yo me quedaría tan fresco si te pudiera dar lo que mereces... pero tan fresco y tan satisfecho como se queda todo el que ha hecho un bien muy grande, pero muy grande...». Al llegar a la calle del Ave María, Rubín se pasó a la acera de los impares y se puso en acecho en la esquina de la calle de San Simón, en la sombra.
A solas desahogaba la dama su oprimido corazón, pronunciando mudamente alguna frase iracunda, rencorosa: «Maldito cominero, ¿cuándo te probaré yo que no me mereces?... ¿No comprenderás nunca que una mujer como yo ha de costar algo más que un ama de llaves?... ¿No lo comprendes, bobito, ñoñito, ratoncito Pérez? Pues yo te lo haré comprender».
Y digámoslo en elogio de D. Amaranto, ¡jamás, ni en los días de bochornoso desahucio, ni en el asedio africano de sus acreedores, ni cuando tenía un hijo muerto, sin monedas para la inhumación; ni en las horas en que la señora de Peláez deliraba en el fementido camastro, loca de tristeza y de hambre, jamás D. Amaranto hubo de faltar a la oficina! ¡Oh, brava alma que rima con el balduque, que armoniza con el papel de oficio, por estar tan bien templada en el fuego de las virtudes administrativas, bien mereces una estatua, con tus manguitos y tu gorro, sobre un pedestal de expedientes y de minutas!
Al cabo dijo en tono resuelto, guardando la navaja: Tienes razón... Me gusta esa niña, pero tú la mereces más que yo porque la quieres mucho más... Sé, por desgracia añadió con voz temblorosa, lo que es querer de ese modo, y que poco importa la vida ó la muerte al que tiene ya el corazón hecho pedazos... Bajó la cabeza y permaneció callado unos instantes.
Muchas veces le he preguntado a mi corazón si te ama como mereces ser amado, y siempre me responde que sí; pero mis gustos me inclinan hacia otro lado, me llevan por otro camino.... ¿A dónde? Yo misma no lo sé. Acaso a servir a los pobres, a los enfermos, a los huérfanos como yo, para quienes el mundo es un desierto.
»Y yo, al retirarme, muy avergonzado, me decía: ¡esto no es más que lo que mereces, presuntuoso! »Y he aquí que hoy, querido tío... no puedo escribirlo... Mi mano se detiene. ¡Es tal la felicidad y tan inesperada, que casi me abruma! ¡Mañana, tío, mañana te lo contaré todo! »Por la mañana tengo que ir a la granja. Volveré como a las doce, e inmediatamente haré la penosa diligencia ante mis padres.
Te he querido con toda mi alma, Inesilla, y con veinte almas más, porque una sola no basta para quererte como te quiero... Dime con la mano puesta sobre el corazón si lo mereces tú; dímelo. Pues no lo he de merecer me contestó sonriendo . Merezco eso y mucho más, porque me lo tengo ganado y pagado con interés y anticipación. ¿Pero no ve usted, Sr.
Que no cabe avenencia entre tus inquietudes de madre cariñosa y tus... locuras de mujer mundana; y que tienes que decidirte pronto por lo mejor, en la inteligencia de que ambas cosas dentro de ti no han de tardar en producir el mismo fruto que si te decidieras por lo más malo. ¿Qué fruto? El que más temes, Nica.... y el que acaso mereces por castigo.
Está bien profirió adquiriendo súbito aquel acento altivo, indiferente que la caracterizaba. Me complazco en ver que aunque vistes de aldeana y te has criado como si fueses tal, por tu rostro y tu figura manifiestas que has nacido señora y que mereces la posición en que te voy á colocar. Déjanos ahora un instante, pues tengo que hablar cosas secretas con los que hasta hoy has creído tus padres.
Palabra del Dia
Otros Mirando