Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 16 de junio de 2025


Y al mismo tiempo la miraba con ojos de deseo. Ella hizo un falso gesto de susto: Matar, no... ¡qué horror! ¿Por quién me toma?... El servicio que tal vez le pida será muy dulce para usted... Ya hablaremos. Temiendo que el gaucho prolongase sus palabras de despedida, le indicó con un ademán enérgico que debía retirarse.

Un viejo papú, de alta estatura, con la cabeza adornada de plumas de aves del paraíso, y liada a la cintura una banda de tela que le caía por delante, se acercó al Capitán y le dijo en lengua malaya: ¿Dónde está mi hijo? ¿Tu hijo? exclamó Van-Stael . ¡No quién es! Había venido aquí para matar al jefe de los arfakis. No lo he visto. ¡Mientes! gritó el papú . ¡ lo has matado!

La mayor había hecho una gran fortuna fugándose con un príncipe ruso, y los periódicos de París hablaron varios días de la desesperación del «bravo oficial del ejército español», que deseaba matar, vengando su honor, y hasta le compararon con Don Quijote.

¡Un hechizo! dijo el cocinero tomando el papel. ; , señor; un hechizo que no puede matar á la persona que se la da porque está hecho para ella, y se tiene en cuenta si es mujer ú hombre y el día de su nacimiento, y su estado, y otras muchas cosas. Ahora, si le toma una persona distinta de aquella para quien se ha hecho, aquella persona muere.

Si lo que yo hago es un crimen, que supriman la pena de muerte y reventaré de hambre en un rincón, como un perro. Pero si es necesario matar para tranquilidad de los buenos, entonces, ¿por qué se me odia?

Era la primera vez que iba a matar en presencia de doña Sol después que la conocía, y esto preocupábale, haciendo que dudase de sus fuerzas. Además, no podía torear en Sevilla sin sentir cierta emoción. Aceptaba un fracaso en cualquier plaza de España, pensando que no volvería a ella en mucho tiempo; ¡pero en su tierra, donde estaban sus mayores enemigos!...

Los que hace años bombardearon la villa y hoy darían cualquier cosa por verla entre llamas, se pasean por ella, como señores. Han bajado en manadas para ver á la Virgen, con el revólver en el bolsillo, y miran á todos con insolencia, como deseando que llegue pronto el momento de matar perros liberales. El capitán mostraba prisa en irse. De quedarse en la villa tal vez se mezclase en la lucha.

Cuando éste comenzaba a lidiar en las capeas, ya era él banderillero en cuadrillas de cartel y había venido de América, luego de matar toros en la plaza de Lima. Al comenzar su carrera gozó de cierta popularidad, por ser joven y ágil.

Una noche casi en claro, durmiendo a ratos, encogido en el pedazo de asiento que le dejaron los pasajeros apretándose para dar algún descanso a aquel hombre que al día siguiente iba a exponer su vida. Los entusiastas admiraban su resistencia física y el coraje temerario con que se lanzaba sobre los toros en el momento de matar.

No entiendo de tamañas sabidurías, y aunque de ellas supiera me guardaría de ponerlas en novela; que a la fin y a la postre las obras de este género, poesía, pura poesía, no son más que libros de grata, apacible diversión para entretener desocupados y matar las horas, libritos efímeros que suelen parar, olvidados y comidos de polilla, en un rincón de las bibliotecas.

Palabra del Dia

metropolitanos

Otros Mirando