Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 29 de mayo de 2025
Lope de Vega, Laurel de Apolo. Cervantes, Canto de Caliope y Viaje al Parnaso. El título de esta obra dice así: Philosophia antigua poética del doctor Alonso López Pinciano, médico cesáreo, Madrid, 1596. Sobre la antigua forma del prólogo, léase el artículo de Torres Naharro.
Al cabo de tantas y tan gloriosas obras escritas con ejemplar actividad en su ya dilatada existencia, el poeta se hallaba en la pobreza, según nos lo muestran las constantes peticiones al Duque de Sessa que encontramos en sus cartas. En la segunda mitad de 1629 terminó Lope su Laurel de Apolo, poema en que va juzgando y alabando las obras de buen número de poetas contemporáneos.
Su ahijado se lo imaginaba á todas horas con una corona de laurel en las sienes, lo mismo que aquellos poetas misteriosos y ciegos cuyos retratos y bustos ornaban la biblioteca. Veía perfectamente su cabeza limpia de tal adorno, pero la realidad perdía todo valor ante la firmeza de sus concepciones. Su padrino debía llevar corona cuando él no estaba presente.
Se llega á la cima por una escalera de ciento setenta y seis tramos. Corona la columna una estátua de Napoleon, vestido de gran Capitan. Aguilas, guirnaldas de encina y de laurel, y otros varios trofeos alegóricos, ornan este monumento de triunfo.
Don Gonzalito diría: ¡Yo quiero los ojos! ¡Y cómo le habían de chascar bajo los dientes! ¡Y se matarían disputándoselos! Los huesos serían para los canes. Los canes no comen a los amos. ¿Y pueden los hijos comer a los padres, mi señor? ¡A mí me comieron el corazón! Aun cuando lo arrancaren del pecho con los dientes, vuelve otro a nacer. Retoña como un verde laurel... ¡No hay que tener miedo!
Cosa será, por cierto, difícil; pues en época como la presente, en que por todas partes y en todas las lenguas de Europa se ven brotar obras de imaginación, hijas de ingenios esclarecidos, que se afanan por coger una hoja de laurel en senda tan áspera, a puro ser batida y trillada; es preciso achacar antes a lance de buena fortuna, que no a deliberado fruto del talento y del estudio, el crear, el escribir por tal estilo, que merezca los honores de la lectura.
He aquí el secreto de que nuestro señorito se hallase sentado tan á sus anchas al lado de la hermosa Carmen. Esta noche he soñado continuó Octavio en voz apenas perceptible que te habías muerto. Estabas tendida sobre un lecho de hojas de laurel y sándalo y tenías ceñida la frente por una corona de azahar.
Tengo una soberbia trompa guerrera, una lira y una corona de laurel esmeradamente fabricadas: la trompa es de un metal, que solo VULCANO conoce, más precioso que el oro y la plata; la lira, como la de APOLO, es de oro y nacar, labrada también por el mismo VULCANO, pero sus cuerdas, obra de las Musas, no conocen rivales, y la corona, tejida por las Gracias, del mejor laurel que crece en mis jardines inmortales, brilla más que todas las de los reyes de la Tierra.
Buscó en voluminosos diccionarios las palabras más raras y altisonantes, sudó tinta por todos sus poros, y al cabo de diez días de rudo trabajo puso punto final a su obra, titulándola «La princesa Belisa.» Con el precioso manuscrito en el bolsillo, salió a consultar a su amigo Juan del Laurel.
El padre de Lope era amigo íntimo del señor D. Bernardino de Obregón, y, como él, hacía con ferviente celo obras de caridad y misericordia; asistía en los hospitales á enfermos y pobres, y ejercitaba á sus hijos en prácticas tan piadosas . Consta de El Laurel de Apolo que era también poeta, y no hay dificultad en imaginar que su ejemplo despertó hacia la poesía la precoz inclinación de su hijo, á no ser que se deduzca del pasaje citado, que él mismo no descubrió el talento poético de su padre hasta después de su muerte.
Palabra del Dia
Otros Mirando