Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 29 de mayo de 2025


Tal vez por esto en vida no fué muy elogiado Herrera de sus coetáneos que le miraron con prevención, y únicamente Lope de Vega le dedicó algunos versos en el libro segundo de su famoso Laurel de Apolo. Del maestro sevillano se dice que «dibujaba con cañas y manejaba el color con gruesas brochas», teniendo singular destreza para ello, y terminando su obra con una rapidez que pasmaba.

Sobre cada uno de los pesebres, llamados palcos, colocaron dos banderas nacionales cruzadas; una guirnalda de laurel las iba enlazando todas graciosamente. Fue idea de D. Peregrín Casanova, que también había presidido un banquete en el teatro de Tarragona en los quince días que gobernó aquella provincia.

Esta fue la corona de laurel que dieron las circunstancias a mi carrera literaria. Escapeme, y fui a reunirme con los de la fe: dijéronme allí que las circunstancias no permitían admitir en las filas a un hombre que había sido marido de la hija de un diputado de las cortes de Cádiz, y no me ahorcaron por mucho favor.

La corona de laurel que adornaba sus sienes sirvió para que la reconociesen hasta aquellos que habían llegado recientemente á la capital. Es Golbasto; es el poeta decían todos mirándola con admiración.

Francisco de la Cueva, natural de Madrid , fué bastante amigo de Lope, y es celebrado por él singularmente en La Arcadia, en El laurel de Apolo, y en la dedicatoria de la comedia La mal casada. De las obras dramáticas de esta época de Andrés Rey de Artieda y de Lupercio Leonardo de Argensola, no conocemos nada, aun cuando sepamos que ambos escribieron para el teatro hasta en el período anterior.

Y aun volvió a loarle en la silva II de su Laurel de Apolo, publicado en 1630: «Ni en

Porque resultaba victoriosa, en el fondo, puesto que Roussel había tenido que hacer acto de contrición, y en la forma, porque obtenía públicamente el laurel de la victoria. Tuvo un instante de orgulloso delirio y cuando Roussel la besó con galantería el extremo de los dedos murmuró: ¡Ah! Roussel, si hubieras querido!

Apenas pronuncia tal ruego, cuando queda convertida en laurel. Apolo le concede una eterna primavera: sus hojas, siempre verdes, coronarán la cabeza, el arpa y la aljaba del dios.

Corresponden á ella, en efecto, el mayor número de las infinitas composiciones citadas en el Viaje al Parnaso, en el Laurel de Apolo, en los trabajos bibliográficos de Don Nicolás Antonio, Ximeno, Rodríguez Baena, Latassa, etc.

Sobre todo, su admiración no conoció límites, cuando les armó un fuego contra un árbol y les enseñó otros secretos de la vida de monte. Al cabo de dos ociosas y felices horas de locuras, encontrose tendido a los pies de la profesora, contemplando su rostro, mientras ella, sentada en la pendiente de la cuesta, tejía coronas de laurel con el regazo lleno de mil variadas flores.

Palabra del Dia

hociquea

Otros Mirando