United States or Bosnia and Herzegovina ? Vote for the TOP Country of the Week !


En medio de esa algarabía, el rebaño penetra en su yacija. Nada tan hechicero como esa instalación. Los borregos viejos enternécense al contemplar de nuevo sus pesebres. Los corderos, los lechales, los que nacieron durante el viaje y nunca han visto la granja, miran en derredor con extrañeza.

Unos cuantos varazos repartidos a ciegas por Zarandilla hicieron cesar el estruendo de coces y relinchos, y las bestias tornaron a alinearse ante los pesebres, exhalando los últimos restos de su agitación con bufidos y temblores. El aperador condujo a Salvatierra a una habitación grande, de paredes enjalbegadas, que le servía de despacho.

Luego de esto se fue a la cuadra, seguido de Potaje, y un cuarto de hora después sacó al patio del cortijo la fuerte jaca, inseparable compañera de sus andanzas. El huesudo animal parecía más grande y lucido tras las breves horas de abundancia en los pesebres de La Rinconada. Plumitas le acarició los flancos, interrumpiéndose en el arreglo de la manta sobre el arzón. Podía estar contenta.

Chirriaban carretas en los caminos; bandas de muchachos correteaban por los campos ó daban cabriolas en las eras, pensando en las tortas de trigo nuevo, en la vida de abundancia y satisfacción que empezaba en las barracas al llenarse el granero; y hasta los viejos rocines mostraban los ojos alegres, marchando con mayor desembarazo, como fortalecidos por el olor de los montes de paja que, lentamente, como un río de oro, iban á deslizarse por sus pesebres en el curso del año.

Rara vez buscaban su comida en el campo; se alimentaban con los garbanzos sobrantes de los cocidos de Madrid; rumiaban en sus pesebres lo que el día anterior había pasado por las cocinas de la población, y este alimento de animal civilizado parecía avivar su inteligencia. Jamás habían sentido el fresco contacto de la tijera ni el benéfico roce de la almohaza.

Ya tendrá él cuidado de no matar a buenos cristianos: sobre todo, ¿pensáis que se puede guerrear con sensiblerías? No digas disparates, hijo; me moriría de pena si supiera que eras de los clérigos que disculpan esas atrocidades. Le gustarán a Vd. más los que se cruzan de brazos y dejan que les persigan y conviertan las iglesias en cuadras y los altares en pesebres.

Cada uno de esos pueblecitos parece el original de uno de esos pesebres ó nacimientos tan populares en las sociedades españolas en el mes de Navidad. Ouchy, pequeño caserío de la ribera, sombreado por hermosas arboledas y rodeado de quintas elegantes, jardines y parques, es el puerto de Losana.

En todo el castillo sólo quedaba el conserje, un hombre de más de cincuenta años, enfermo del pecho, con su familia, compuesta de su mujer y una hija. Los tres cuidaban de llenar los pesebres de las vacas, ordeñando de tarde en tarde sus ubres olvidadas.

De pronto un gallo, como si recordase repentinamente una orden, olvidada al amanecer, lanzaba las cuatro notas de su vibrante canto al que sólo respondía, por excepción, el ronco trisílabo de un gallito enano y tuerto trepado al eje de un carro en la caballeriza, por cuyos pesebres circulaban cacareando «sotto-voce» las gallinas más inquietas del corral.

En el fondo de la casucha, con la cabeza hundida en cajones que servían de pesebres y las grupas frente a la puerta, estaban los caballos, las mulas y los burros que constituían la fortuna de la familia. Los colchones astrosos, apilados en un rincón, se extendían por la noche junto a las patas traseras de las bestias, durmiendo la familia y su capital acariciados por el calor del común estiércol.