Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 28 de junio de 2025
Divès no contestó nada; su rostro tenía una expresión triste e indignada a la vez, y los contrabandistas que le acompañaban, envueltos en sus capas, con sus largos espadones colgando por encima de ellas, no parecían tampoco de muy buen humor; diríase que proyectaban una venganza. Hullin, convencido de que no podía consolarles, entró en la alquería.
¡Ah! exclamó la abuela indignada, jamás hubiera esperado semejante lenguaje de un apóstol y un santo... Cálmese usted, señora dijo el cura muy divertido, y observe qué alivio representaba el consejo de San Pablo a los padres de familia de la época, obligados por las leyes a casar a sus hijas e impotentes por las costumbres para hallar el esposo obligatorio...
Expulsando con indignada energía del espíritu humano aquella falsa concepción de la igualdad que sugirió los delirios de la Revolución, el alto pensamiento contemporáneo ha mantenido al mismo tiempo, sobre la realidad y sobre la teoría de la democracia, una inspección severa que os permite a vosotros, los que colaboraréis en la obra del futuro, fijar vuestro punto de partida, no ciertamente para destruir, sino para educar el espíritu del régimen que encontráis en pie.
El rostro de la pobre joven se volvió rojo como la flor del granado, y ocultó su cabeza en el seno de la superiora, indignada de la temeridad del desconocido. ¡Ave María... qué atrevimiento! dijeron las mujeres. ¡Por la Virgen! ¿de dónde sale ese demonio? se preguntaban los hombres, estupefactos de tanta audacia.
Es un hombre como otro cualquiera y se conformará con lo que le den. Susana, ¡un hombre como otro cualquiera! exclamé indignada. Entonces ¿no lo has visto? Ya lo creo que lo he visto, señorita, y hasta puedo afirmar que lo he oído. ¿Acaso le es permitido a ningún cristiano aporrear de ese modo la puerta de una casa decente? Con todo, enamoriscaos de él si queréis, que a mí...
Figuraos, continuó la indignada ventera dirigiéndose á Roger, que Ferrus me ofreció esta mañana pintarme una enseña con un pájaro verde, nombre que ha llevado por luengos años esta honrada venta, á condición de darle todo el vino que quisiese durante su trabajo; ¡y ved aquí lo que ese farsante ha pintado y quiere que cuelgue yo á la puerta de mi casa!
Su voz indignada, pero tranquila, resonaba en aquel momento como una voz del cielo. Les echó en cara su crimen; los humilló; los hizo temblar; los convenció, y los obligó a ponerse de rodillas para pedir perdón por su delito. Yo creo que temían que un rayo los redujera a cenizas.
Con más sorna que ironía, intervino Vázquez: Pues en el retrato parece un negro... ¡Un negro! ¡un negro! exclamó Coca indignada. ¡Si es más blanco que usted!... Es que la fotografía es bastante mala observó Adolfo, con su acostumbrada buena fe. Los originales son sin duda mejores que el retrato agregó Vázquez. ¿No es verdad, Rosa?
Querida mía, si usted no hubiera venido, Martholl habría pasado la noche entre las cortinas. ¡Hace más de una hora que se ocultaba bajo las mamparas, acechando a los que llegaban, y como no la veía entrar a usted, empezaba a poner una cara!... ¡No es muy amable para nosotras semejante conducta! protestó Juana, igualmente indignada de la defección de un compañero tan envidiable.
El médico balbuceó algunas palabras y se despidió, porque le aguardaba su enfermo. El general se sentó tranquilamente en su cómodo sillón; Enrique, con la sonrisa en los labios, permaneció de pie junto a la chimenea; la Vizcondesa, entre sorprendida e indignada, quería hablar y no se atrevía a hacerlo.
Palabra del Dia
Otros Mirando