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Actualizado: 20 de julio de 2025
Encamínase á la corte imperial de Alemania Don Rodrigo de Mendoza, embajador de Felipe II. Cerca de Viena es acometido por salteadores, y debe sólo la vida á la llegada imprevista de un valeroso caballero alemán, llamado el conde Ricardo.
La indulgencia pontificia en Lóndres es la indulgencia imperial en Paris. Aquí hay indulgencias; es bien seguro que en la otra parte del Estrecho no las habrá.
Gracias á los «rayos negros», en unas cuantas horas se cambió el orden de la vida, y el Comité vencedor se instaló en el antiguo palacio imperial, decretando que había muerto para siempre el gobierno de los varones. Mentiría si le dijese que este movimiento feminista fué unánime.
¡Y yo!... Te vi en la calle Imperial... no, digo, soñé que te vi. Yo te vi en la calle de la Magdalena. ¡Ah!, sí... la tienda de tubos; muchos tubos. Aun con este lenguaje amistoso, no se rompió la reserva hasta que no salieron a la Ronda. Allí el aislamiento les invadía. El coche penetraba en el silencio y en la soledad, como un buque que avanza en alta mar.
Antonio, vuélvete a la calle Imperial, diles que preparen todo, y yo iré al carro a ver si lo arreglo para esta tarde. Nina, vete con Dios, y cuidado no se te pegue... ¿sabes? ¡Ay, hija, se te pegará, por mucho aseo que tengas! ¿Ves? ya empiezas a sufrir las consecuencias del mal paso... por no hacer caso de mí. Doña Paca me dijo que te permitiera ir allá. Quiere verte: ¡pobre señora!
Y declaro como fiel y obediente vasallo de Su Majestad Imperial el señor Carlos V, por quien derramaré desinteresadamente hasta la primera gota de mi sangre, que no sigo en el partido si Su Majestad no lo firma. Mal pudiera oponerse la Junta a tanta generosidad.
Retrato en pie de Felipe IV. Cristo atado a la columna. Cacería del Hoyo. Busto de Felipe IV. De propiedad particular. Los Dos muchachos. El Aguador de Sevilla. Busto de personaje desconocido. La Vieja friendo huevos. Retrato del Conde-Duque de Olivares. Retrato del Príncipe Don Baltasar Carlos con un enano. Retrato de Juan de Pareja. La Venus del Espejo. Museo Imperial de Viena.
La Esperanza le mira con angustia; la Fuerza echa a reir; tiembla el Progreso; la Paz suspira; la Igualdad en tanto lanza una maldición; se oye el lamento que exhala la Honradez en las bohardillas; pugna el Trabajo por romper los hierros de su cadena vil; se ve en el lodo como un gusano revolcarse al Pueblo que tiene, harto de yugo y de miseria, fiebre de dinamita en el cerebro... y en su carrera de onzas, coronado con diadema imperial, llevando un cetro macizo de brillantes y rubíes, como un César o un Dios, pasa el Dinero. ......................................... El Filósofo piensa: "¿Es algo? ¡Nada! ¿Qué es lo que significas, Año Nuevo, entre la Eternidad?" ¡No eres ni el átomo que el aire mece!
La generala se bebió el vaso de agua sin gana. Eh, chis, chis, Miguelito, ¿a dónde tan decidido? Al Retiro. Para los pies, chavó, y entra a tomar una cañita conmigo y estos señores. Miguel se detuvo y sonrió al ver a su primo Enrique sentado a una mesa del café Imperial al lado de la ventana y rodeado de varios toreros.
Schet se llamó más tarde Arsinoe, en honor de la segunda reina de este nombre, hija de Ptolomeo I. El libro, de que vamos extractando todas estas noticias, se titula Guía de la Exposición; está impreso en la imprenta Imperial y Real de la Corte y del Estado, y ha sido compuesto por tres principales autores. En lo egipcio ha trabajado el Sr. J. Krall; en lo greco-latino el Sr.
Palabra del Dia
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