Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 2 de septiembre de 2025
Todo se andará, Y escucha, prenda, que el bien y el mal nunca vienen solos. Lo que tiene gracia es que ese caballero está liado con una señora de alto copete, condesa creo que es, y para verse con seguridad han puesto un cuartito..., ¡vaya un gabinete!, donde tienen sus citas. ¿Y nosotros qué sacamos con eso? Ahora lo verás. Te digo que es un gabinete como una caja de dulces: ¡con un lujo!
1 Al Vencedor: sobre Nehilot: Salmo de David. Escucha, oh SE
La regularidad del plan de la última en nada se asemeja á las demás composiciones de Tirso. Don Guillén, favorito del conde de Barcelona, es dichoso con su amada y con su amigo; pero esta felicidad desaparece en breve con motivo de un diálogo íntimo entre ambos que él escucha, y cuyos motivos ignora, infundiéndole sospechas hasta el extremo de formar el proyecto de averiguar su verdad.
La voz de Lacante se volvió más fuerte y más solemne: Hija mía, escucha lo que voy a decirte: tu dolor me ha vencido y ha triunfado de mis resistencias... No quiero dejarte en el corazón un dolor del que sé que nunca te curarías... Quiero morir en tu misma fe y en tu misma esperanza... Elena dio un grito ahogado, indescriptible, y cayó de rodillas con las manos juntas.
Se lo pido en nombre de su hijo, en nombre de Carlos, que nos espera, que nos escucha tal vez. ¡Dios mío! exclamó Juanita juntando las manos; ¡por qué no está él aquí para cerrar mis párpados, para recoger mi último suspiro! Y, arrebatada por su amor y por la intensa amargura que sentía, dirigíale la más tierna despedida, hasta el punto de que Isabel y Fernando prorrumpieron en amargo llanto.
¡Hija! ¿Eres tú? Padre, pues del otro mundo Vengo á hablarte, escucha, atiende. Yo me maté por tu causa. ¿Por mi causa? Claramente. Tú me casabas por fuerza. Mi intento fué bueno. Advierte Que el Conde me merecía; Mas no quiso Amor que fuese Mi esposo, porque ya estaba Casada. Culparte debes A ti misma en no decirme Lo que tan tarde me ofreces.
A cambio de tu favor con el rey, la prisión de don Francisco de Quevedo y don Juan Téllez Girón ante la justicia, como homicidas de don Rodrigo Calderón. Lo haré... dijo el duque ¿pero esas cartas, esos secretos?... Las unas y los otros los guardo yo como armas preciosas. Escucha dijo el duque ; yo puedo enriquecer á Dorotea, enriquecerte á ti...
Pero esto has de resolverlo tú misma, y a tu resolución absoluta y soberana queda. Conste así, con el testimonio, algo sospechoso, de cierta zaina rondeña que nos escucha, reventando por declarar que no vale toda su tierra de lobos contrabandistas, un puñado de lo que se coja en la parte más triste de cuanto se ve desde Peleches.
Déjese usted de versos, don Federico, y tóqueme usted el Nocturno de Weber cuyas palabras son: «¡Escucha, escucha, amada mía! ¡Se oye el canto del ruiseñor; en cada rama, florece una flor; antes que aquel calle y estas se ajen, escucha, escucha, amada mía!» ¡Los terminachos que ha aprendido esa Gaviota! murmuraba Momo , y que le sientan como confites a un ajo molinero.
Y luego, sobre todo, cuando las cosas son urgentes y apremiantes, es menester aprovechar los momentos... ¿Pero qué sucede? Suceden muchas cosas: por ejemplo, esta tarde ha estado en mi casa el tío Manolillo. ¿Y qué me importa el bufón del rey? Despacio y paciencia. Quien escucha oye, y cosas pueden oírse que valgan mucho dinero. Sepamos al fin de qué se trata.
Palabra del Dia
Otros Mirando