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Los comensales se levantaron y se distribuyeron por los salones. Reynoso se acercó a su cuñado, le pasó un brazo por la cintura y le llevó al hueco de un balcón. Dentro de un rato le dijo , cuando yo te haga seña, podéis bajar. El coche estará a la puerta enganchado.

En el otro extremo, en la barquilla opuesta, que se había enganchado en un puntal de una pared, restos del andamiaje de una obra reciente, ostentaba los llamativos colores de su falda y su exuberante persona Obdulia Fandiño agarrada a la nave como un náufrago del aire, muy de veras asustada, y coqueta y aparatosa en medio del susto y de lo que ella creía peligro.

Tiene razón Ventura, Huesitos dijo Gonzalo cogiendo a su cuñada por los hombros y sacudiéndola cariñosamente. Esto no es nada; lo ha tenido cien veces. ¿Por qué te has de privar de ir al baile?... Ea, ea, a tomar el abrigo. Ramón ya ha enganchado. Son más de las nueve y media añadió empujándola hacia la puerta. Cecilia no pudo resistirse.

Pero llegaba la mañana del 24, y entonces D. José era la imagen de la felicidad, siempre que nos representemos a esta embozada en su capa y con su gran cesto enganchado en el brazo derecho.

Rompíanse las picas con un chasquido de madera seca, saltaba el caballo enganchado en los poderosos cuernos, brotaban sangre, excrementos y piltrafas de este choque mortal, y rodaba por la arena el picador como un monigote de piernas amarillas, cubriéndole inmediatamente las capas de los peones.

Todos habían creído, durante un segundo, enganchado en los cuernos al matador; todos daban por seguro verle caer ensangrentado sobre la arena; y al contemplarle de pie, aturdido aún por el choque, pero sonriente, la sorpresa y el asombro aumentaban el entusiasmo. ¡Qué bruto! gritaban en los tendidos, no encontrando nada más justo para expresar su admiraciónQué bárbaro!

Se llevó su diestra dolorida á la altura de los ojos. Uno de sus dedos sangraba. Tal vez se había enganchado en los pendientes de ella; tal vez se había rasgado en un alfiler perdido en su pecho. Chupó la sangre del profundo arañazo y luego olvidó esta herida, para seguir contemplando el cuerpo tendido á sus pies. Poco á poco se habituó á la luz difusa de la habitación.

Otra de las personas que se presenta en escena es el marinero enganchado para el extranjero, que viene en busca de un pasaporte; ó el que acaba de llegar de un largo viaje, todo pálido y débil, que busca un pase para el hospital.

El otro día le he visto por la calle de Alcalá enganchado al faetón. Bien de mundo se paraba a mirarlo. Hablaron un rato de los caballos que el duque le había comprado. Este ponía tachas a todos. Fayolle los defendía con entusiasmo de aficionado y de comerciante. En un momento de pausa dijo sacando el reloj: No quiero molestarle más.... Venía a cobrar la cuentesita última.

Dos veces que Gallardo rodó en la arena, viéndose próximo a ser enganchado, el Nacional se arrojó sobre la bestia, olvidándose de los niños, de la mujer, de la tabernilla, de todo, queriendo morir para salvar al maestro. Su entrada en el comedor de Gallardo era acogida por las noches como si fuese la de un miembro de la familia.