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Actualizado: 29 de octubre de 2025


En aquel tropel de emociones que se agitaban en su espíritu, la indignación logró vencer a todas las demás y profirió con acento despreciativo: Estoy perfectamente convencido de que no viene más que por cuartos... pero de todos modos, me importa un bledo su arrepentimiento y su sinceridad... Si está arrepentida, que pida a un cura la absolución.

La puerta de la casa estaba abierta: subía la escalera con paso de fantasma, cuando en el cuarto del conserje, el murmullo de una agitada conversación, que al parecer versaba sobre , pues en ese momento el tirano de la casa pronunciaba mi nombre en tono despreciativo.

Su lenguaje, harto cínico, no dejaba de tener gracia; su escepticismo despreciativo salpicaba con picantes especias la conversación. Tenerlo siempre al lado sería aburridísimo, porque no hay nada que fatigue tanto como los hombres predispuestos a burlarse de todo; pero de cuando en cuando sus murmuraciones, removiendo las heces que todos tenemos en el alma, despertaban la alegría.

Es que Pepe Castro no es usted manifestó la niña de Calderón con marcada displicencia. Maldonado cayó de la región celeste donde se mecía. Aquella frase punzante dicha en tono despreciativo le llegó al alma. Porque cabalmente la superioridad de Pepe Castro era una de las pocas verdades que se imponían a su espíritu de modo incontrastable.

Tranquilo ya, pero irritado por el susto que su majadero amigo le había dado, comenzó a hablarle en tono malhumorado y despreciativo, mientras delante del espejo prodigaba a su bella figura, con el respeto debido, todos los cuidados a que era acreedora.

Se puso repentinamente lívida, y con los labios temblorosos por la ira, exclamó: ¿Qué estás diciendo ahí? ¿Será necesario llevarte a Leganés?... Vamos, vamos añadió con acento despreciativo, hazme el favor de dejarme en paz. Ve a refrescarte, porque lo necesitas. La faz de Gonzalo se contrajo violentamente; su boca se abrió con una expresión de feroz sarcasmo, llamearon sus ojos.

Era de temperamento bilioso, soberbio, despreciativo como ella, confiado en su dinero, y poseía un donaire maligno que le daba prestigio entre las damas. Gracias a estas cualidades, Clementina no se cansó de él tan pronto como de los otros. Al cabo de dos años, sin embargo, cuando faltaban sólo algunos días para realizarse el matrimonio, rompieron de un modo sonado y hasta escandaloso.

Estoy perfectamente así. ¿Y desde cuándo eso, niña?... porque hace pocos días bien fatigadita andabas por llegar á la Vicaría repuso Paca, picada por el acento despreciativo que Soledad había dado á sus palabras.

Tenía el pelo de un negro azulado por lo intenso, el rostro de una palidez clorótica, los pómulos salientes, algo caídos los labios, y los ojos de un mirar despreciativo y lánguido como de heroína de novela que no ha encontrado todavía su ideal en la tierra.

Viendo la ascensión del fraile, los contrabandistas, que esperaban en la playa, habían gritado gloria in excelsis y se habían arrodillado, creyendo que era un milagro; pero el filósofo rió mucho de su simplicidad. Cuando el nuevo Icaro estuvo de pie, midió con la vista al gitano con el aire más digno y más despreciativo que le fue posible, casi como el mártir mira a su verdugo.

Palabra del Dia

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