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Actualizado: 18 de mayo de 2025


En cuanto leas lo que te digo, te pones a hacer consideraciones sobre lo raro y lo novelesco de que yo... en mi posición, quiera a un hombre como . ¡Hasta que te cure la tontería, no he de parar! ¿No dicen que el amor es ciego? ¿No pude enamorarme de un pillo? Pues me ha dado por quererte a , que eres bueno, y asunto concluido.

No tanto, no tanto... Vaya que es usted malo... Aquí, entre tanta medicina, ¿no hay nada que le cure la cabeza? ¡Pues si lo hubiera, amiga mía, si lo hubiera...! Y creen muchos que la peor cabeza de esta casa es la del pobre Maxi, cuando la mía es una pajarera. Verdad que dos palabras de quien yo me me harían la persona más cuerda y más feliz de la tierra...

Si inventas algo, que sea panacea, una cosa que lo cure todo, absolutamente todo, y que se pueda vender en líquido, en píldoras, pastillas, cápsulas, jarabe, emplasto y en cigarros aspiradores. Pero hombre, en tantísima droga como tenéis ¿no hay tres o cuatro que bien combinadas sirvan para todos los enfermos? Es un dolor que teniendo la fortuna tan a la mano, no se la coja.

El Señor la cure de ese amor, indigno de Vd. La misericordia de Dios es inagotable. Paz, con el alma acibarada por el despecho, y doña Martina, confusa y asombrada, llegaron a San Isidro, subiendo al coche sin entrar en la iglesia. Es hermosa dijo maquinalmente Paz, a quien hostigaba el pensamiento la belleza de Engracia. , pero ordinaria. A papá, ni una palabra, ¿estamos?

Y dejéle en poder de mucha gente que lo había ido a socorrer, y tomé la puerta de la villa en los pies de un trote, y antes que la noche viniese di conmigo en Torrijos. No supe más lo que Dios dél hizo, ni curé de lo saber. Tratado Segundo Cómo Lázaro se asentó con un clérigo, y de las cosas que con él pasó

Están enfermos, mamá, y yo creo que puedo curarlos. ¿De cuándo acá eres médico? El mal de ellos no lo cura un médico, sino un amigo. Pues deja que los cure otro; ¿por qué razón has de ser ? Ellos no tienen ningún amigo como yo; así como yo no tengo ningún amigo como ellos, mamá.

Anoche supe también lo que es «curarse», y me curé tan prolijamente, que aquí me tiene con una sed infernal y este adorno junto a un ojo... Pero no me arrepiento: ¡qué muchachos simpáticos! Da gloria tener amigos tan cariñosos. Unos me llamaban gallego, otros me apellidaban godo. ¿Ha notado usted qué variedad de motes amorosos gozamos los españoles en la América que habla español?

Yo te recogí, curé tus heridas, y desde entonces no me has abandonado. Cuando los graciosos del regimiento se burlaban de , y me llamaban cura-perros, venías a lamerme la mano que te salvó, como queriendo decirme: 'los perros son agradecidos'. ¡Oh Dios mío! Yo amaba a mis semejantes.

Consolábale Sancho, y, entre otras razones, le dijo: -Señor mío, alce vuestra merced la cabeza y alégrese, si puede, y gracias al cielo que, ya que le derribó en la tierra, no salió con alguna costilla quebrada; y, pues sabe que donde las dan las toman, y que no siempre hay tocinos donde hay estacas, una higa al médico, pues no le ha menester para que le cure en esta enfermedad: volvámonos a nuestra casa y dejémonos de andar buscando aventuras por tierras y lugares que no sabemos; y, si bien se considera, yo soy aquí el más perdidoso, aunque es vuestra merced el más mal parado.

Es que oyéndote a ti acaba uno por ver todo color de rosa. ¡Como quieras! ¿pero irás con nosotros, eh?... Ya ves que Lorenzo ha resuelto acceder a mi pedido... y no puedes desairarme... por otra parte, la partida depende de ti y... ¡sin ti no me voy!... e impedirás que el pobre Lorenzo se cure también de sus males que son más o menos los tuyos... ¿Y qué precisión hay en que yo les acompañe?

Palabra del Dia

commiserit

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