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Actualizado: 1 de junio de 2025


En la primera forma, "el santo terror del infierno" cubrió de iglesias, conventos y ermitas el Asia Menor, el Egipto y la Europa; en la segunda, originó las cruzadas y las órdenes de caballería religiosa, engendró la Inquisición y los Jesuitas; en fin, suscitó las guerras intercristianas, en las que los perseguidos por los mismos demonios, se perseguían a matarse, por su fe en diferentes preservativos, marcando el momento en que la imbecilidad religiosa llega al clímax en el cristianismo: porque éste se ha reducido al mínimum y el diabolismo ha llegado al máximum.

Desgraciadamente el cantor, con ser el bardo argentino, no está libre de tener que habérselas con la Justicia. El año 1840, entre un grupo de gauchos y a orillas del majestuoso Paraná, estaba sentado en el suelo, y con las piernas cruzadas, un cantor que tenía azorado y divertido a su auditorio con la larga y animada historia de sus trabajos y aventuras.

Como el señorito permanecía serio, de codos en la mesa, las manos cruzadas bajo la barba, otras palabras del señor de la Lage acudieron a la memoria del capellán: «Todo eso de la casa de mi sobrino debe ser un desbarajuste.... Haría usted una obra de caridad si lo arreglase un poco». La verdad es que él no entendía gran cosa de papelotes, pero con buena voluntad y cachaza....

¡Ah, maldito borracho! ¿Pues no le había de conocer?... Era Coleta, que divertía al barrio con sus extravagancias de beodo. Isidro siguió adelante, y al llegar a la casa del Mosco llamó en vano repetidas veces a la cerrada puerta. Una mujer acudió con las manos cruzadas sobre el vientre.

Sus piernas se extendían cruzadas debajo de la mesa, y sus manos enguantadas pendían de los brazos del sillón con la misma elegancia que las piernas. Fernando dijo en voz alta el artista que le iba a afeitar llamando a uno de sus compañeros. ¿Qué quieres, Cosme? Este nombre hizo estremecer sin saber por qué a Pablito. Abrió los ojos y dirigió una larga y ávida mirada al peluquero. No le conocía.

La arena, movida al capricho de las corrientes, arruinaba á los pueblos ó los subía á la cumbre de una inesperada prosperidad. Ciudades célebres en la Historia no eran actualmente mas que calles de ruinas al pie de un montículo coronado por los restos de un castillo fenicio, romano, bizantino, sarraceno ó del tiempo de las Cruzadas.

La ternura, la admiración, la dicha rebosaban de su pecho y ya no pudo apartar los ojos de los del Señor, bebiendo en ellos el misterio e inefable deleite de la gloria. El mismo deseo se presentó de nuevo en su mente. Esta vez lo formuló con palabras, cuyo aliento cálido resbaló por sus manos cruzadas delante de la boca.

Dos velas inmóviles, cruzadas como dos alas sobre el agua inmóvil también; una tenue línea de humo por el lado de Collonges, y ningún otro signo de vida. En medio del silencio infinito, lejanos toques de campana anunciaban que una vida acababa de extinguirse. Al Cielo, a la tierra, a la luz, Roberto Vérod pedía cuentas de aquella vida.

No se emplea casi nunca respondió la Fontane. Existe, por otra parte, el contraste de la independiente, y es la joven a quien todo asusta, la que teme las responsabilidades del matrimonio y rehuye la carga de almas que ese estado lleva consigo. ¡Qué valentía! exclamó Genoveva riendo. Eso huele a las Cruzadas, ¿eh, Petra? Petra se encogió de hombros amablemente sin decir nada.

Púsose lívida de repente, se le pintaron en la cara las angustias de otros días, y llevó hasta ella sus manos cruzadas y convulsas. Me movió a compasión la pobre mujer, y sentí remordimientos de haber sido yo el causante de aquella crisis amarga.

Palabra del Dia

rigoleto

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