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Para este capítulo el discípulo debe escribir unas quince o veinte preguntas, con sus correspondientes contestaciones. Se ha escrito tanto acerca de las oportunidades que ofrece la América del Sur, desde el punto de vista del negocio, que en realidad se ha pasado por alto el recreo y deleite que esta parte del mundo proporciona.

En fin, para mi gusto todo está tan bien, que si no fuera por el temor de que me tildasen de impertinente y de extenderme demasiado en descripciones impropias de este lugar, seguiría relatando sin cansarme y con deleite artístico cuanto se representa en Villalegre en aquellos cuatro días.

La escolta tuvo que quedarse en el antiguo palacio de caza de los emperadores, que casi era una ruina, y Gillespie se lanzó á través de lo más intrincado de la selva, aspirando con deleite el perfume de vegetación prensada que surgía de sus pasos.

Como D. Fadrique era persona de mucho seso y sentido común, aunque se hallaba en época de reformas, sistemas y ensueños de toda clase, no pensó en condenar la herencia. Sin el grandísimo deleite de dejar ricos á nuestros hijos, se perdería el mayor estímulo para el trabajo, para el buen orden, para la aplicación y para aguzar y ejercitar el ingenio.

En este moderno paseo se cita y emplaza la sociedad elegante en las tardes de invierno, para gozar el inefable deleite de contemplarse un par de horas, después de lo cual se apresura a ir a comer y escapa a uña de caballo a contemplarse de nuevo en el Real otras tres o cuatro horitas. Parece una sociedad de derviches: el goce supremo es la contemplación.

, pero sin distinción arguyó la niña, haciendo desdeñosa mueca . El otro... ese ... el amigo Pedro... ¡ese que quisiera yo encontrármelo una noche en cualquier rincón del bosque! El encuentro sería un tanto peligroso objetó Eva. Donde no hay riesgo, no, hay deleite apoyó Marianita . Entre paréntesis, ninguna lástima tengo yo a mi prima la de Aymaret, que le ha dado su corazón... etc.

Entónces todo el mundo arremetia con franqueza, y en breve desaparecia el monumento de pan. Cada cual saboreaba con deleite su licor fermentado; las señoritas y matronas candorosamente, y los hombres acompañando cada libacion con una aspiracion del cigarro ó la pipa y una bocanada de humo espeso y desagradable, tal como lo produce el detestable tabaco que se cultiva en Alemania.

Hay que hacer más, y manda que se cante al uso de la tierra; pero nadie está en voz para ello, y canta él a grito pelado tonadas del valle nativo, y hasta el «prefacio» de la misa del día del «Corpus», la más solemne y regorjeada del año. En esta prueba, ya mira el hombre al cantor y muestra algún deleite en oírle.

Tuve yo un amigo, educado a principios de este siglo y con todos los resabios del enciclopedismo francés del siglo pasado, que leía con entusiasmo a Santa Teresa y a ambos Luises, y me decía que era por el deleite que le causaba la dicción de estos autores; pero que él prescindía del sentido, que le importaba poquísimo. El razonamiento de mi amigo me parecía absurdo.

El primer deleite, el de considerarse escritor público, que lleva envuelta la idea de maestro y director de la opinión, y por consecuencia el respeto de la gente.