United States or Monaco ? Vote for the TOP Country of the Week !


De cualquier modo, la cosa no es divertida. ¡Canástoles! saltó don Alejandro entonces . Es que das por hecho que ese chico ha de serte molesto y aborrecible; y ¿por qué no ha de resultar todo lo contrario después que le trates? Porque es imposible eso, respondió Nieves con un acento de convicción tan absoluta, que dejó suspenso a su padre.

»Indignada de tanta tiranía; convencida que ante tan firme resolución mi dicha no sería tomada en cuenta para nada, encontré en la convicción de mi inevitable desgracia una energía desconocida hasta entonces, y juré que nunca sería la esposa del conde de Pópoli.

Indudablemente; pero ¿quién sabe cuándo?... ¿Y cómo quedarán unos y otros cuando todo termine?... El creía en un final rápido, cuando menos lo esperase la gente, por la fatiga de uno de los dos luchadores, cuidadosamente disimulada hasta el último momento. Alemania será la derrotada añadió con firme convicción . No cuándo ni cómo, pero caerá lógicamente.

Al dársele, díjole el sacerdote con sentenciosa convicción: Le abrirás «a bulto» y leerás todos los días los renglones que la Providencia te ponga delante de los ojos...: esa es la fija...; así Dios te adivinará las necesidades diarias de tu vida y te dará paz y consuelo.

Seguía negando su estado, como si fuese asunto de honor, como pudiera negarlo Marta si se viera en una por el estilo; pero negaba no por convicción, sino por engañarse a misma.

No hace mucho, en la puerta, al partir, me dijo algunas palabras... Las palabras no decían nada; pero si hubierais visto su turbación, ¡a pesar de todos sus esfuerzos por contenerse!... Zuzie, mi Zuzie, por el cariño que os tengo, y Dios sabe cuán grande es, voy a revelaros mi convicción, mi convicción absoluta: si en vez de ser miss Percival, hubiera sido yo una pobre joven sin ningún dinero, Juan me habría tomado la mano, en ese momento, diciéndome que me amaba, y si así me hubiese hablado ¿sabéis lo que le habría respondido?

Defendía el joven Rubín los principios fundamentales de toda sociedad con un ardor y una serena convicción que eran el asombro de cuantos le oían. No se alteraba como el otro; argumentaba con frialdad, y sus nervios, absolutamente pacíficos, dejaban a la razón desenvolverse con libertad y holgura.

Pío IX debía de tener la presciencia de mis pretendientes exclamó Francisca con graciosa convicción. ¿Y qué van ustedes a hacer de todas estas noticias? Nada respondió la de Ribert.

No ha llegado la hora de Magdalena, ha dicho la de Ribert a Genoveva. Cuando esa hora suene, discutirá menos... Su convicción se formará sola y ella misma reclamará el derecho de casarse con el que le haya gustado. ¡Oh! señora respondí con cierta melancolía, renuncio a conocer jamás esa hora... Jamás podré acostumbrarme a ese modo de casarse...

Viendo la recompensa que tenía mi ardiente cariño, comprendí que a nada podría aspirar en el mundo, y sólo más tarde adquirí la firme convicción de que un grande y constante esfuerzo mío me daría quizás todo aquello que no poseía. En vista del despego con que ella me trataba, perdí la confianza; no me atrevía a desplegar los labios en su presencia, y me infundía mucho más respeto que sus padres.