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Actualizado: 5 de mayo de 2025
Para mí es como un hermano mayor, más atento que Jaime, pero a veces un poco severo... ¿no es verdad, papá? Es todo un hombre... Alcánzame el diario, hija mía. María Teresa le entregó el diario, riéndose del aire de convicción con que el señor Aubry había pronunciado: Es todo un hombre...
Serena y un tanto majestuosa, Rosalía no dijo una palabra en todo el trayecto desde la casa a la Plaza de Oriente, mas de sus ojos elocuentes se desprendía una convicción orgullosa, la conciencia de su papel de piedra angular de la casa en tan aflictivas circunstancias. En términos precisos oí esto mismo de sus propios labios más adelante, en recatada entrevista.
Permaneció un rato contemplando al espada, y luego añadió con acento de convicción: Creo, señó Juan, que hemos venío al mundo argo tarde. ¡Las cosas que hubiésemos hecho en otros tiempos unos mozos como nosotros, de valor y de vergüenza! Ni usté mataría toros ni yo andaría por los campos perseguío como una mala bestia.
Su madre, mujer de cuarenta años, aunque las arrugas del rostro y la curva de sus espaldas la hacen representar sesenta, después de comerse media cuarta de hilo para hacerle punta y que pase por el ojo de la aguja que apenas se ve entre sus callosos dedos, pone en orden á la susceptible costurera, se acerca al muchacho, le hace girar tres veces sobre sí mismo, le estira con fuerza la levita que lleva puesta y después de contemplar un instante su obra, vuelve á sentarse, exclamando con acento de profunda convicción: Que la pinte mejor un sastre.
Era tal la convicción de su influencia sobre esta alma virginal, que de este modo á él se confiaba, que el ministro sabía muy bien que le era dado marchitar todo este jardín de inocencia con una sola mirada perversa, ó hacerle florecer en virtudes con una sola buena palabra.
La convicción profunda que Almudena mostraba hizo efecto en la infeliz mujer, quien, después de una pausa en que interrogaba los ojos muertos de su amigo y su frente amarilla lustrosa, rodeada de negros cabellos, saltó diciendo: «¿Y qué se hace para llamarlo? Yo diciendo ti. ¿Y no me pasa nada por hacerlo? Naida. ¿No me condeno, ni me pongo mala, ni me cogen los demonios? No.
Yo conozco sermones alemanes probando que Jesús fué partidario del militarismo. El orgullo germánico, la convicción de que su raza está destinada providencialmente á dominar el mundo, ponía de acuerdo á protestantes, católicos y judíos.
Dios no ha permitido que me asistiese por más tiempo con sus consejos y que me guían entre los escollos de la vida. Me ha dejado solo sobre esta tierra, y ante la idea, ante la convicción de mi abandono absoluto, se me parte el corazón. Te dejo un instante para llorar. 17 de abril. Me he trazado un plan de vida que seguramente te sorprenderá.
Al recuerdo de su agravio sintió Maximiliano en su alma una reacción brusca contra aquel misticismo recién aprendido, más hijo de la necesidad que de la convicción. «Esto me parece prematuro» dijo, y salió de la sala. Pronto se le reunió su tía en el despacho, y le dijo: «Me parece bien tu severidad.
Este indicó un precio respetable, algo como cien pesos fuertes; mi amigo le observó que era muy caro, que así no podría repetirlas. El artista, con la convicción de un zapatero de bulevar, diciendo al cliente reacio: «Fíjese en la suela», contestó imperturbable: ¡Oh!, ¡de las que yo doy, con una basta!
Palabra del Dia
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