Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 6 de junio de 2025


Es costumbre en Cádiz, cuando llega Navidad, fijar columpios en los patios de las casas, y aun dentro de éstas cuando no hay acomodo fuera. Por las tardes se reúnen mancebos y zagalas en torno del aparato y pasan gozosamente el tiempo columpiándose, en medio de alegres cánticos y algazara. Los columpios se descuelgan cuando llega Carnaval.

Era el martes de carnaval. Nébel acababa de entrar en el corso, ya al oscurecer, y mientras deshacía un paquete de serpentinas, miró al carruaje de delante. Extrañado de una cara que no había visto la tarde anterior, preguntó a sus compañeros: ¿Quién es? No parece fea. ¡Un demonio! Es lindísima. Creo que sobrina, o cosa así, del doctor Arrizabalaga. Llegó ayer, me parece...

Otra farsa, también de Carnaval, solemniza las paces ajustadas con Francia, ya en el año 1493, con Carlos VIII, ya en el de 1498, con Luis XII. Más invención dramática y más acertada elección del asunto observamos en dos églogas, que debieron juntas componer un todo, y sin duda se representaron sucesivamente. Ambas forman un pequeño drama lleno de vida y de gracia.

Alejandro, el audaz seductor de aquella honesta Margarita, fue a golpear la puerta de una posada de la plaza de Lorca, donde se instaló con su compañera, resuelto a darle su nombre para cubrir su falta y purificar su honra manchada. El buen tío Ramón se había recogido temprano aquella noche; el primer día de mascarada lo había rendido por todo el carnaval.

Soledad fingió creer estas explicaciones, ó acaso las creyó de veras, pues mirando desde su punto de vista le costaba trabajo suponer que hubiera mujer capaz de desdeñar aquella octava maravilla de la tierra. Al día siguiente, víspera de Carnaval, fueron ambos á la tienda de la Parra, por ser último día de columpio.

Acometióle una negra melancolía, y no fué ni á la ópera á la moda, ni á las demas diversiones del carnaval, ni hubo dama que le causara la mas leve tentacion.

Diríase que el mago Carnaval, con poderoso conjuro, había desencantado la Fábrica, y vuelto a sus habitantes la verdadera figura en aquel día. Muchachas en las cuales a diario nadie hubiera reparado quizá, confundidas como estaban entre las restantes, resplandecían, alumbradas por una ráfaga de hermosura, y un traje caprichoso, una flor en el pelo, revelaban gracias hasta entonces recónditas.

Es de advertir que el tono de broma en que estas palabras fuertes se decían les quitaba toda gravedad y aire de ofensa. En Vetusta el buen humor consiste en soltarse pullas y frescas todo el año, como en perpetuo Carnaval, y el que se enfada desentona y se le tiene por mal educado. Es que yo gritó el ex-alcalde mato un canónigo como un mosquito.... Ya lo supongo; con alguna calumnia.

Pedro López creyó sucumbir de plétora de inspiración al dar cuenta en La Flor de Lis del gran baile de ancha base celebrado el lunes de Carnaval en casa de los excelentísimos señores marqueses de Villamelón... Hay situaciones, hay espectáculos que el hombre comprende y admira con su instinto, pero no puede describir ni comentar con su talento; en tales casos, el poeta más grande, el escritor más maestro, es el que exhala el grito más natural, la exclamación más vehemente... Por eso juzgó Pedro López la mejor manera de describir el mágico baile estampar al frente de una cuartilla un «¡¡¡Oh!!!» profundo, un verdadero do de pecho literario, y dejar todo lo demás en blanco.

¡Vaya con Antoñico!... Se ha dedicao á recoger en su zahurda las palomas que se suertan... ¡Pa que se fíe uno de los amiguitos!... ¿Y quién es el tío para pedir el baúl? ¿Le toca algo con Soledad?... ¿Por qué no lo pide ella?... Y muy desabrido y amenazando cantar algunas claridades á Antoñico, se salió de casa. Era domingo de Carnaval. Las calles rebosaban de gente.

Palabra del Dia

vorsado

Otros Mirando