Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 3 de julio de 2025


En ese instante, Beatriz, al levantar la frente, vio a su derecha, contra una columna del crucero, el fantasma... ¡la persona misma de Ramiro! El órgano y los bronces seguían resonando. Un vendaval de religiosa alegría doblegaba las cabezas de la multitud arrodillada.

Del niño no se habló palabra. ¿Quién había de solicitar su tutela siendo pobre? Pocas horas después, como si se hubiese esforzado en vivir hasta ultimar lo hecho, Susana moría en brazos de Valeria. Ella la amortajó y veló, pasando la noche arrodillada a los pies del cadáver. De rato en rato se levantaba para ir a ver a los niños.

Los domingos y fiestas pasaba largas horas aquí, en San Luis, arrodillada hasta que le faltaban las fuerzas... Y esa era la observación que yo quería hacer a usted: que es por demás increíble cómo, con tanta fe, ha podido hacer lo que ha hecho. El Príncipe no hablaba.

Teobaldo le sostenía en sus brazos, y yo permanecía arrodillada junto a él, casi desvanecida. »Toda la servidumbre rodeó al Conde, prodigándole los socorros que aun ellos mismos creían inútiles, dada la gravedad de su herida. » dijo Teobaldo: ejecuten las órdenes del señor; pero agregó en seguida, déjennos solos con él.

Llegó a relatarle las aficiones de su infancia, el placer indefinible que experimentaba pasando horas enteras arrodillada ante un Cristo, rezando rosarios tras rosarios. En aquella época, llevarla a la capilla de la Virgen de los Desamparados era para ella la mayor de las diversiones, y rezaba con tal devoción, que las viejas beatas se la comían a besos, asegurando que iba para santa.

Poco después, arrodillada al borde del baño, púsose a disolver sobre el cuerpo de su señora una substancia rosada y corrediza, que desprendía almizclado perfume. La joven se estremeció de pronto, como un pez sorprendido, entreabriendo luego los labios, cual si aspirara en el ambiente un ansia diseminada; y sus ojos volvieron a mirar hacia la misma parte del muro.

El efecto fué inmediato. Sorege se levantó exasperado por su fracaso y temblando por sus esfuerzos, y salió sin decir palabra, pero echándonos una mirada mortal. Yo, con los nervios retorcidos y el corazón desgarrado, prorrumpí en sollozos y Juana, arrodillada á mi lado, se esforzó por consolarme.

Diez minutos después Pedro entraba en casa de Fabrice; por la indicación de un criado subió directamente al taller del pintor con la antigua confianza de los pasados tiempos: llamó ligeramente, y alzando una cortina encontróse cara a cara con Beatriz, cuyos labios se entreabrieron para lanzar un grito apenas contenido merced a un duro esfuerzo; estaba sentada a pocos pasos del caballete de Fabrice, con un libro en una mano y acariciaba con la otra la suelta cabellera de Marcela, arrodillada a sus pies.

Antes de ponérselo le arregló el pelo y le quitó las botinas bronceadas, sustituyéndolas con el zapato adecuado. No había abierto su boca la pálida doncellita hasta entonces, reflejando en el rostro cada vez más tristeza y preocupación. Al fin, hallándose arrodillada a los pies de su ama, levantó los ojos para decirla tímidamente: Señora, voy a rogarle una cosa ... que no despida a Cayetano.

Y cada vez que terminase un verso... un beso; a cada estrofa concluida, seis, doce... una lluvia; y cuando diese fin a la obra, él la leería con su voz de oro, y ella escucharía arrodillada a sus pies adorándolo como un dios: «¡Oh, mi novio, mi Tannhauser!... ¡Poeta colosal!».

Palabra del Dia

malignas

Otros Mirando