Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 14 de junio de 2025
El hebreo, vuelto a la tierra natal de sus abuelos, iba coleccionando en una pieza de la escuela recuerdos de la Inquisición, con la minuciosidad vengativa de un prófugo que fuese reconstituyendo hueso por hueso el esqueleto de su carcelero. En un armario alineábanse libros en pergamino, relatos de autos de fe y cuestionarios para interrogar a los reos durante el tormento.
Nélida iba a llegar: ¡y quién sabe con qué comentarios de juventud insolente y triunfadora saludaría la belleza de Teri, de un esplendor melancólico, fino y suave, como el de las primeras mañanas de otoño!... Para evitar un sacrilegio llevó sus manos al retrato, ocultándolo entre las ropas del armario. Al hacer esto tembló con una inquietud supersticiosa.
Ahora mismo va usted a ver los títulos.... Y sacó la llave y se dirigió al armario. Su tío le detuvo. No hace falta, chico.... ¿Para qué? Así salió, casi milagrosamente, de aquel terrible compromiso, que de otro modo hubiera producido una catástrofe. Sin embargo, la victoria le costó muchos momentos de cruel amargura, un gran desfallecimiento físico y moral que por poco le hace enfermar.
De noche se cierran todas las aberturas para que no penetre en la habitación el frío exterior. Abuelos, padres é hijos duermen todos en una especie de armario con tablas cuyas cortinas se cierran de día, y en el cual, durante el sueño nocturno, se acumula un aire denso y mucho más impuro que el del resto de la cabaña.
Camucha está en la tarea muy seria de un bargueño. Quién sabe cuándo lo terminará, porque no permite que nadie la ayude. Ella se lo piensa regalar a abuelita, y la verdad que el bargueño haría juego con el armario y con la cómoda. Yo desde el lunes también comenzaré a ir". "11 de junio. "Hoy Adriana trajo violetas, que Zoraida puso encima del piano. Nos quedamos conversando, todos.
Apoyado en la pared de la derecha y cercano al hueco de la ventana, un armario antiguo, que debió ser barnizado recientemente, á juzgar por la prisa con que devolvía en vivos reflejos los tenues rayos de luz que sobre él caían. Enfrente, y cerca de la otra ventana, un tocador de madera sin barnizar, al gusto modernísimo, de esos que se compran en los bazares de Madrid por poco dinero.
Tenía doña Luz dos primorosos escritorios antiguos, con cajoncitos y columnitas, llenos de incrustaciones de marfil, ébano y nácar; cómodos sillones y sofás; una chimenea francesa mejor construida que las otras que había en la casa; espejos, cuadros bonitos y un armario lleno de libros lujosamente encuadernados.
La cama de palo santo con pabellón de brocatel de seda, cubierta por una colcha de damasco azul, un armarito de ébano con incrustaciones de marfil, que servía de escritorio al abrirse, una butaca confidente de raso azul, un tocador con espejo, forrado también de raso al igual que las paredes, un armario de espejo, de palo santo como la cama, y algunas sillas doradas.
Toma esta llave, entra en mi recámara, y abre el armario; en uno de sus tableros hay un cofre pequeño muy pesado, tráetelo. ¡Oh, y sin perder un minuto, traeré también á vuecencia equipaje! Bien, escucha: pon algunos trajes de corte; es posible que sin descansar me plante en París. ¿Y va á ir vuecencia solo? Enteramente solo; pero ve, mi buen Díaz, ve que estamos perdiendo el tiempo.
Caminé aterrado hacia mi casa y no tardé en llegar á ella. Al entrar se me ocurrió una idea feliz. Fuí derecho á mi cuarto, guardé el bastón de hierro en el armario y tomé otro de junco que poseía, y volví á salir. Mi hija acudió á la puerta sorprendida. Inventé una cita con un amigo en el Casino, y, efectivamente, me dirigí á paso largo hacia este sitio.
Palabra del Dia
Otros Mirando