United States or Serbia ? Vote for the TOP Country of the Week !


Dos hombres decentemente vestidos, pero dando gritos y risotadas de borrachos, volvieron la esquina del pabellón y emparejaron con Currita y con Jacobo ante la tercera ventana; el más alto pegóse a la acera, y el más bajo llamóse a la corriente, dejándoles pasar por en medio... Hubo entonces una terrible escena de un segundo: Currita sintió que un brutal empellón le arrancaba violentamente del lado de Jacobo; que otra mano vigorosa tiraba del embozo de este, que caía al suelo al pie de la ventana, y algo líquido y caliente brotaba como de un surtidor, chorreándole las ropas y las manos.

Contempla al Norte, en trece fajas bellas Como flamea el pabellon de estrellas Simbolizando libertad y union; Y en la torre de su alto Capitolio La democracia antigua en su gran solio Con mas justicia y con mejor razon.

A un observador inteligente habríanle llamado la atención las miradas audazmente cínicas que su mujer le lanzaba, y el desagrado con qué el barón procuraba evitarlas. El 28 de noviembre era el día señalado para la partida del capitán. Ese día no hubo caza. El señor de Maurescamp había ido esa mañana a vigilar las reparaciones que se hacían en el pabellón del guardabosque.

En estos días trágicos en que el bárbaro esquilmo en esta tierra idílica alza su pabellón, en que nos hiere el fuerte, porque nacimos débiles y tiramos del carro del colonizador; danos el ritmo olímpico de tu música sacra y la dulce armonía de tu nueva canción, y ante el dolor, estóicos, el mundo cruzaremos del Ideal incólume volando siempre en pos.

Llegaron a poco tres serenos y un oficial y dos soldados del ministerio, y por la puertecilla pegada al pabellón salieron a la calle: el hombre de la capa estaba ya muerto. Desprendíase de todo esto que había una ella de por medio, y la curiosidad, excitada hasta la rabia, sobre todo en los altos círculos, venía a estrellarse contra el secreto de la sumaria.

Por delante de nosotros desfilaron las tropas de Vedel, en número de nueve mil trescientos hombres, y dejando sus armas en pabellón, nos entregaron muchas águilas y cuarenta cañones. Les mirábamos y nos parecía imposible que aquéllos fueran los vencedores de Europa.

Ya es el pabellon central , ya el pabellon de oriente ó el de occidente, el destinado á la augusta ceremonia. Aparece el salon nueva y lujosamente decorado, y en él un trono, joya resplandeciente de oro y pedrería, que ocupa el sultan.

Yo me enloquecía, y resolví hacer pagar al inglés maldito los remordimientos que me despedazaban. Pasé á la Guadalupe, cambié mi nombre y consagré la mayor parte del precio de mi delito á la compra de un brick armado, y corrí sobre los ingleses. He lavado durante quince años en su sangre y con la mía la mancha que en una hora de debilidad había arrojado sobre el pabellón de mi patria.

En el mismo instante dieron algunos golpes secos en una puertecita vecina al pabellón. ¿Quién es? dijo la señorita de Porhoet. Levanté los ojos y vi flotar una pluma negra por arriba del muro. Abra usted dijo alegremente desde afuera una voz de timbre grave y musical; abra, ¡que es la gracia de la Francia! ¡Cómo! ¿es usted monona? exclamó la anciana señorita. Corra pronto, primo.

Visitó el bosque de tilos donde por primera vez se dijeron que se amaban y los recuerdos de este primer amor le parecieron llenos de encantos, pero desnudos de toda doliente impresión. Sentose entonces bajo el pabellón de lilas, en aquel banco fatal donde había dado a Magdalena el mortal beso.