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No las necesito todavía; son convenientes para usted, que trabaja desde hace mucho tiempo; por eso me esfuerzo en reemplazarlo para que usted pueda descansar un poco. ¡Lo tiene bien merecido después de haber creado una inmensa fábrica que está hoy en plena prosperidad!... Yo no tengo por qué darme vacaciones; gracias a usted he entrado en un negocio que marchaba solo y que basta vigilar ahora; la tarea es fácil; basta ser un trabajador celoso.

Atento á todos los ruidos, á todos los movimientos, dirige con su caña el anzuelo por el fondo ó lo sube un poco, según le aconsejan los elementos de la naturaleza que le rodea. Estando tan bien acompañado ¿qué le importan los profanos? Ni se digna dirigirles una sola mirada, dedicado completamente á vigilar al pez en su madriguera.

has salido». «Fui a comprar aquella tela...». «¿Y dónde está?». «¿Que dónde está la tela?... Pues no ...». «Parece que estás en Babia. A ti te pasa algo. Levántate de ese sofá». Pero no se levantaba. Empezó a sospechar la viuda que aquel espíritu estaba perturbado, y tembló. Vinieron a su pensamiento pasadas vergüenzas y desdichas, y se prometió vigilar mucho.

Pero pronto quedó sentado que nada modificaría en las horas de felicidad los proyectos madurados en las de angustia. El mes de agosto expiraba y Julio Harvey anunciaba el propósito de marchar á Portsmouth para hacer provisiones de carbón y de víveres á fin de volver á América. Tenía que arreglar negocios en su país y sus hijos debían volver á los prados para vigilar las ganaderías.

Tantas cosas hizo, que a la postre el bueno del Papa, que se sentía envejecer, le confió el cuidado de vigilar la cuadra y llevar a la mula su ponche de vino a la francesa; lo cual movía ya a risa a los cardenales. Tampoco era esto cosa de risa para la mula.

Se besaron, y la vizcondesa se alejó. Beatriz subió a las habitaciones de su marido para vigilar los preparativos del viaje. La doncella le participó que Fabrice había ido a París, pero que volvería para comer. La mujer del pintor pasó el resto del día vagando por el jardín. Hacia la noche entró en el taller.

Casi frente á la peña de Malapadnabató se halla el vadeo de aquel nombre, en el que, una rústica garita, y uno menos rústico camarín, señalan un puesto de carabineros, llamados á vigilar las importaciones que lleva á Manila el Pasig.

»Mi querida duquesa; No dudo ya de que Germana está mejor. Nos hemos cambiado de casa esta mañana, o, mejor dicho, he sido yo quien lo he tenido que hacer todo. Tenía que arreglar los baúles, envolver a la enferma en algodón, vigilar al pequeño, buscar el coche y casi enganchar los caballos. El conde no sirve para nada; es un talento de familia. En España se dice torpe como un Villanera.

Levantábase Melchor al amanecer, y después de arropar cuidadosamente a la señora, rogándola que no abandonase la cama antes de las nueve, bajaba a la tienda para vigilar a los dependientes en las primeras ocupaciones del día.

El comisario especial encargado de vigilar á Jenny Hawkins ha llegado y se ha puesto en relación con M. Melville, el jefe de la policía inglesa, un hombre de primer orden que va á tomar por su cuenta la dirección de las operaciones.