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Actualizado: 15 de junio de 2025
Sentábase en el banco de ladrillos inmediato á la puerta, y el maestro y el pastor hablaban, admirados en silencio por doña Josefa y los más grandecitos de la escuela, que lentamente se iban aproximando para formar corro.
Luego, al ver una casa ó un transeunte que se iba aproximando, reanudaba su conversación. Lo que ella temía era un alto en el camino, sentarse con el príncipe en el pequeño parapeto que bordeaba la costa. ¡Mientras siguiesen marchando!...
Mucho antes de llegar á lo que fué Carrera Larga ya se divisaba un vivo resplandor que á medida que el convoy se iba aproximando, se convertía en enorme llamarada. Se detuvo el tren y desde el vagón en que viajaba se percibía fuerte calor producido por el incendio de la estación que aun se encontraba ardiendo.
Puso sus manos en los hombros de él, y al hacer esto, pareció estirarse con felina ondulación, aproximando su rostro. Sospecho murmuró que vamos á ir tal vez más allá de los límites de una simpatía amistosa. ¡Me interesa usted tanto!... Excitados por la soledad, sentían ambos en su interior la audacia de un deseo vehemente.
Watson, indeciso entre su timidez y el deseo de ver á Celinda, se había ido aproximando á la estancia; pero al llegar á cualquiera de las tranqueras que cerraban la cerca de alambres permanecía indeciso. ¿Cómo explicar su presencia dentro de la propiedad de Rojas, cuando Flor de Río Negro le había ordenado rencorosamente que no volviese más? La vista de una tranquera abierta le infundió ánimo.
Golfín se dirigió al sofá, y aproximando su cara observó la de la Nela. Parece que su sueño es ahora más tranquilo dijo . No hagamos ruido. ¿Qué le parece a usted mi hija? dijo don Manuel riendo . ¿No ve usted las tareas que se da?... Sea usted imparcial, Sr. D. Teodoro, ¿no hay motivos para que me incomode? Francamente, cuando no hay necesidad de tomarse una molestia, ¿por qué se ha de tomar?
Así seguía don José explicando a su matador las originalidades de doña Sol. Cuatro días después de haberla visto Gallardo en la parroquia de San Lorenzo, el apoderado se acercó al espada con cierto misterio en un café de la calle de las Sierpes. Gachó, eres el niño de la suerte lisa. ¿Sabes quién me ha hablado de ti? Y aproximando su boca a una oreja del torero, exclamó sordamente: ¡Doña Sol!
Lucía, desde el hueco de la ventana, observaba sus movimientos. Cuando vio que eran corridos hasta diez minutos sin que Artegui diese indicios de menearse ni de hablar, fuese aproximando quedito, y con voz tímida y pedigüeña, balbuceó: Señor de Artegui.... Alzó él el rostro. El velo de niebla cubría otra vez sus facciones. ¿Qué quiere usted? dijo broncamente. ¿Qué tiene usted?
A la hora del almuerzo, los pasajeros comieron apresuradamente, deseando volver cuanto antes a la cubierta. Esperaban ver Buenos Aires de un momento a otro. Se iba aproximando el trasatlántico a la ribera argentina. No alcanzaba a distinguirse ésta por ser muy baja, pero sobre la línea del agua extendíanse algunos borrones horizontales, siluetas de lejanas arboledas.
Habló con acento firme, poniendo un intento de fascinación en la fijeza apasionada de sus ojos, aproximando su boca a ella, como para acariciarla con el susurro de sus palabras... ¿Y él? ¿qué pensaba Margalida de él?... ¿Y si se presentase un día a Pep diciendo que quería casarse con su hija?... ¡Usted! exclamó la muchacha . ¡Usted, don Jaime!
Palabra del Dia
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