Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 27 de mayo de 2025
Vaya una gran dificultad repuso éste bajando del break y dirigiéndose a abrir la tranquera, ante la que se había detenido. Así lo hizo; el break pasó y se detuvo nuevamente. ¿La cierro? preguntó Ricardo, provocando una leve sonrisa de Hipólito. Es mejor cerrarla, sí, señor le contestó Baldomero al mismo tiempo que Melchor exclamaba: ¡Qué pregunta!... ¡Chambón!...
Hecha esta declaración previa, que se impone, voy a referirles el episodio. El lunes llegué al pueblo a las cuatro más o menos, porque me demoré muy poco en el «Paso», y después de descansar un rato y bañarme, fui a lo de don Casiano como a eso de las siete. Al pasar la tranquera... ¡Se le haría cuesta abajo!... dijo Baldomero riéndose.
Y yo también dijo Ricardo, podríamos ir a salirle al encuentro; ¿qué les parece? Vamos, la tarde está fresca. ¡No ve! Don Melchor: ahí endereza a la tranquera, ¿quién será?... Ahora lo sabremos, vamos. El grupo se dirigió al encuentro del coche que visiblemente se dirigía a la «Celia». Viene del pueblo, don Melchor... de la cochería de Gaspar, ¿sabe?... y viene con una persona... dijo Baldomero.
Voy a acompañar a los muchachos que se van contestó Melchor mientras, sentado en el borde de su cama, se calzaba tranquilamente las botas de montar. ¿Y usted también se va con ellos, don Melchor?... le preguntó insinuantemente Baldomero. ¡Ni pienso!... ¿a qué?... ¡No! Voy a acompañarlos hasta la tranquera del bajo.
Baldomero se interrumpió de pronto, poniéndose de pie y mirando a la distancia atentamente en forma que despertó la curiosidad de todos, que se levantaron también preguntándole: ¿Qué mira?... ...Allá... Si no me engaño... viene un coche... y viene para acá... ¿Dónde? ...Allá... bajando la loma... ¿ve?... derechito a la tranquera... ¡Es cierto! dijo Lorenzo. Ahora lo veo perfectamente.
357 Para mí la cola es pecho y el espinazo es cadera hago mi nido ande quiera y de lo que encuentro como; me echo tierra sobre el lomo y me apeo en cualquier tranquera. 358 Y dejo rodar la bola, que algún día se ha de parar- tiene el gaucho que aguantar hasta que lo trague el hoyo, o hasta que venga algún criollo en esta tierra a mandar.
Había en toda la amplitud del paisaje notas de aurora y tonos de indefinibles melancolías crepusculares... El break había transpuesto la última tranquera y realizaba la más breve de las etapas entre la prolija observación del ganado, cuyos ejemplares lo seguían con la vista, como reconociéndolo. Ya estamos, muchachos: aquéllas son las casas.
¡A nada!... A la noche volví y hablé con don Casiano largamente; le expuse con toda franqueza mis aspiraciones y hasta lo que tengo y lo que tendré con el tiempo en punto a recursos: llegué a decirle que liquidaría todo y me vendría a establecer aquí; el buen viejo me trató con toda consideración; pero diciéndome invariablemente: «Vea, señor, lo que ella resuelva, estará bien... ¿qué quiere que yo me ponga a contrariarla?... háblele usted, no más... y si es por visitarla, puede venir cuando quiera». Así lo hice; el martes, casi pasé el día allí; comí con ellos, tocamos el piano, conversamos largamente; volví ayer... hemos estado horas y horas solos; pero la última palabra de la Pampita al despedirme fue la primera: «Me debo a mi padre y no lo abandonaré en sus últimos años». «¿Me permite usted que la frecuente?» le dije teniéndole la mano tomada. «Siempre me será grata su visita», me contestó, y cuando salí por la tranquera para venirme, la vi en el corredor; la saludé con el sombrero y ella me contestó con la mano.
Mas en pleno invierno... Y con las narices dilatadas de gula, los caballos se acercaron al alambrado. ¡Sí, pasto fino, pasto admirable! ¡Y entrarían, ellos, los caballos libres! Hay que advertir que el alazán y el malacara poseían desde esa madrugada, alta idea de sí mismos. Ni tranquera, ni alambrado, ni monte, ni desmonte, nada era para ellos obstáculo.
¿Quién será? Alguno de los muchachos, ¿no te parece, Melchor?... que viene a pasar el día de mañana contigo. ¡No, Lorenzo!... ¿quién va a pensar en eso! ¿Y por qué no?... Porque no... El carruaje había pasado la tranquera y se aproximaba rápidamente al grupo que se había detenido a contemplarlo bajo un árbol, cuando de pronto vieron que el viajero les anticipaba un saludo agitando su sombrero.
Palabra del Dia
Otros Mirando