United States or Anguilla ? Vote for the TOP Country of the Week !


Unas tablas mal unidas por cruces de maderos que les servían de refuerzo cerraban la puerta, la ventana y el tragaluz. No había ni un cristal en la torre. Aún era verano, y Febrer, indeciso sobre su destino, o más bien indiferente, dejaba los trabajos de una instalación definitiva para más adelante. Le parecía hermoso y seductor este retiro, a pesar de su rudeza.

Tomé mi buen dinero, quebré la caña, volvíme al terradillo, miré la ventana, y vi que por ella salía una muy blanca mano, que la abrían y cerraban muy apriesa.

En ellos no entraban de diario sino los cuatro amigos íntimos ya referidos: Juana la criada; una de las de cuerpo de casa, que hacía la limpieza bajo la inspección de Juana, a fin de que no rompiese algún objeto de arte o mueble delicado; y, por último, otros tres seres, que eran también semi íntimos de doña Luz, y que completaban o cerraban su círculo familiar.

La pequeña orquesta pareció adquirir mayor sonoridad al quedar vacíos los salones: los instrumentos de cuerda lloraban como si anunciasen una desgracia en la melancolía azul de la tarde. En torno de las mesas languidecían las conversaciones. Muchos cerraban los ojos como si les preocupasen tristes recuerdos.

Esta impresión, si no se ha recibido antes, se recibe después, cuando uno pregunta las horas del tren para Villagarcía y le dicen a uno que este tren sólo sale tres veces por semana. Hubo un tiempo en que las catorce puertas de la catedral de Santiago no se cerraban de día ni de noche. Constantemente llegaban peregrinos de todas las partes del mundo, que, entonces, sólo eran tres.

Detrás cerraban la marcha tres mil cenetes montados en caballos negros, y tres mil bereberes cabalgando en caballos blancos.

Los empleados apagaban las luces y retiraban los carteles. La vieja vió luego cómo cerraban las puertas. Se mantuvo inmóvil, con un codo apoyado en la pared y la frente en una mano. Lloraba con una angustia infantil. ¡Esperar hasta mañana! murmuró . ¡No ver á mi pequeño en tantas horas!... A la noche siguiente la vieja se presentó en el cinema con un aire de humildad.

Cuando los invasores llegaron frente al cuartel, vieron cómo se cerraban sus puertas y cómo salían de sus ventanas los primeros fogonazos. ¡Golpe errado! Pero nadie pensó en huir. Porque la sorpresa fracasase, no iban á privarse del gusto de seguir cambiando tiros con los aborrecidos contrarios. ¡Viva el doctor Sepúlveda! ¡Abajo el gobierno usurpador!

Y no se puede imaginar para qué fuese tanta fortaleza y encerramientoEsta estraña combinacion tenia sin duda por objeto el imposibilitar toda comunicacion entre el alcázar y la mezquita, aun en el momento de atravesar el corredor el Califa para trasladarse al templo; pues al abrirse las puertas que se mandaban en un sentido, se cerraban las que se mandaban en sentido opuesto.

Por último la plaza de la Judería, de trescientas sesenta y siete varas de superficie: se llama así por que en ella y en algunas calles vecinas habitaron los judíos, quienes por la noche cerraban con grandes puertas el barrio que ocupaban, en el que todavía existe la casa donde residía el caudillo, y que mas tarde ocupó el Rey D. Alonso; siendo digno de particular mención el techo de madera de la habitación principal por sus notabilísimas pinturas de figuras, monstruos, sierpes, toros con estrella y alguna que otra representación quimérica, pinturas que han llamado estraordinariamente la atención de cuantos curiosos y amigos de antigüedades han ido a examinar aquella casa, hoy ocupada por la honrada familia de un tejedor.