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Por otra parte, así por la tradición, como por un Libro manuscrito del Doctor don Francisco Montaner y Font, que vivió en este siglo, consta que todo este espacio hoy dicho de la Calatrava y calle de Montesión hasta el Call, se llamaba y era la judería, que sería población de más de trescientas casas y no parece sin fundamento, que habría otra partida de ellos, junto a la otra sinagoga que dijimos, es hoy la Iglesia de la Misericordia, pues haberla hecho allí, persuade que tenía allí vecinos, que la franqueaban.

Los visitantes a las tres o cuatro grandes casas americanas se transportaron en masa a casa de Scott, que recibió trescientas personas en su primer miércoles. Su círculo aumentó rápidamente; de todo había en su clientela: americanos, españoles, italianos, húngaros, rusos y hasta parisienses. Cuando contó su historia al abate Constantín, madama Scott no se lo dijo todo... nunca se cuenta todo.

Voy a conducir a ustedes ahora a una linda y pequeña ciudad de Argelia, a doscientas o trescientas leguas del molino, para que pasen allí el día... Esto nos hará cambiar un poco de tantos tamboriles y cigarras... ...Amenaza lluvia; el cielo está gris, la bruma envuelve las crestas del monte Zaccar.

Lope de Vega, en el acto III de Los Novios de Hornachuelos: «BERRUECO. ...Un Barrabás sois vestido, una fantasma calzada, una arpía bautizada, y un camello con marido.... Longinos a pie, Caifás, capón molde de hacer monas, India de las Amazonas y trescientas cosas másTirso de Molina, Cautela contra cautela, acto I: «ENRIQUE. ¿No es bien nuevo amar a dos?

El día que menos, se mataban doscientas o trescientas arrobas; el dinero circulaba como una bendición de Dios, y los que, como Antonio, guardaron buena conducta e hicieron sus ahorrillos, se emanciparon de la condición de simples marineros, comprándose una barca para pescar por cuenta propia. El puertecillo estaba lleno.

El callejón de la Cara de Dios contenía más de trescientas personas; y la algarabía era tan grande, que no se podían distinguir claramente las voces pronunciadas por los más exaltados, los mueras, los vivas con que la multitud trataba de infundirse á misma animación y bríos.

Fueron, pues, navegando los dos botes y caminaron otras trescientas leguas, en que en diversas partes vieron indios de varias naciones, que ya confinaban con los Chiriguanás.

"E ansí, magüer fagáis en mi desagravio diez torneos e dos pasos honrosos, e quebredes trescientas lanzas vos fago siempre la mamola: chicos e grandes vos escarnecen e dicen que a hombres de Castilla nunca el mesmo diablo puso miedo, cuanto más los antifaces e mojigangas; e otros dicen, ¡Santa María, qué horror!, dicen que la fuída vos soltó los pies, e vos corrió la vicaría, e que de acullá vino que sonástedes por bajo la dulzaina, e non era dulzaina, e que oliades non a estoraques ni algalias, sino peor que azufre. ¡Puf!, ¡qué blasfemia!

El ganado vacuno de la propiedad del Estado ascendia, en 1830, á tres mil ochocientas ocho cabezas, y el caballar á trescientas treinta y cinco. En el citado año el producto de la mision fué de seiscientos setenta pesos. Caminos de San-Joaquin á Exaltacion.

A este loco respetable bajé a ver para hacerle entender las órdenes de mi señor, y para atravesar prontamente tan obscuras mansiones, hice encender trescientas hachas, y por no encontrar éstas tan a punto, mandé prender fuego a las tocas y vestidos de cincuenta cautivos, y echarlos por delante de para alumbrarme el camino.