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Levantó su campo y se puso en marcha á las doce de la noche, dejando dispuesto le siguiesen, como único medio en aquellas críticas circunstancias, lo que efectivamente egecutaron la mañana inmediata hasta Chucuito, escoltando al vecindario de Acora, y los que habian escapado de Juli é Ylabe, de cuyas poblaciones se apoderaron al instante los rebeldes, y entregaron á las llamas la cárcel, la horca y algunas casas particulares, saqueando en las iglesias los muebles de los que procuraron salvarlos á la sagrada sombra de su respeto.

»Y fue desta suerte: que, habiendo el Uchalí, rey de Argel, atrevido y venturoso cosario, embestido y rendido la capitana de Malta, que solos tres caballeros quedaron vivos en ella, y éstos malheridos, acudió la capitana de Juan Andrea a socorrella, en la cual yo iba con mi compañía; y, haciendo lo que debía en ocasión semejante, salté en la galera contraria, la cual, desviándose de la que la había embestido, estorbó que mis soldados me siguiesen, y así, me hallé solo entre mis enemigos, a quien no pude resistir, por ser tantos; en fin, me rindieron lleno de heridas.

Dióse orden á todas las naves que siguiesen la capitana, sin decirles dónde habían de acudir si acaso se perdiesen unas de otras, como suele acontecer.

Próximo ya todo el ejército español al de los insurgentes, y ocupada la falda del citado monte de Condorcuyo, los indios de Anta y Chincheros les gritaban que si bajaban á dar la obediencia a S.M. serian perdonados de buena , y se restituirian tranquilamente á sus casas: pero ellos obstinados les respondieron con audacia, que su objeto era dirigirse al Cuzco, para poner en libertad á su idolatrado Inca, y que en este concepto siguiesen su camino si les acomodaba.

Haciendo un signo á sus acompañantes para que no la siguiesen, se fué aproximando Elena á la pradera donde estaban los dos jóvenes. Celinda la vió llegar antes que el ingeniero, y haciendo un gesto hostil volvió la espalda. Al mismo tiempo ordenó á Watson que le ajustase al pie una de sus espuelas, que pretendía llevar suelta.

Anocheció de mal semblante, y á las tres de la mañana se achuvascó el tiempo, y descargó por el OSO una turbunada de viento que parecia huracan, y duró hasta las cinco, que se llamó al SO algo mas benigno. Amaneció el viento al SO recio, á cuyo tiempo mandé 3 hombres á que reconociesen la tierra, y que siguiesen lo posible al NNO, pues allí considero el desague del Colorado.

Luego, al ver una casa ó un transeunte que se iba aproximando, reanudaba su conversación. Lo que ella temía era un alto en el camino, sentarse con el príncipe en el pequeño parapeto que bordeaba la costa. ¡Mientras siguiesen marchando!...

Don Víctor agradecía en el alma aquella solicitud doméstica, pero en lo que tocaba a él hubiera preferido que las cosas siguiesen como hasta allí.

No tengo palacio ni casa propia por aquí, pero mi amado hermano Miguel me presta una de las suyas y en ella procuraremos tratarlo a usted lo mejor posible. Y tomando mi brazo, indico a los otros que nos siguiesen y nos pusimos en camino. Anduvimos por el bosque cosa de media hora y el Rey fumó cigarrillos y charló incesantemente.

A una legua de Cádiz, y por la noche tenebrosa, puso farol el capitan de la armada, para que los demas pilotos la viesen y siguiesen. Llegamos á Cádiz, y ancoradas las naves, quitamos el farol, y se hizo en tierra, con buen consejo, una luminaria junto á un molino, á un tiro de bala de Cádiz.