Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 7 de julio de 2025


Y sobre este pedazo á guisa de mesa colocaron la baraja y comenzaron su brisca, D. Prisco montado, el capitán en pie con los codos apoyados sobre la montura. Después de los tres juegos echaron otros tres y después otros tres... Otros tres en seguida... Hasta que la noche los sorprendió en tan interesante situación.

Una especie de grito de angustia se escapó de los labios de Magdalena y sin pronunciar una palabra, puestos los codos sobre el balconcillo que nos separaba del abismo, sintiendo que la enorme torre oscilaba bajo nuestros pies a cada embate del viento, atraídos por el inmenso peligro y como solicitados desde abajo por el clamor de la marea que iba subiendo, permanecimos largo tiempo en el más grande estupor, semejantes a personas que teniendo los pies apoyados en la frágil vida, un día, por milagro, corrieran la nunca oída aventura de mirar y de ver el más allá.

Hasta aquella muchedumbre heterogénea en la que había muchos con un pasado europeo repleto de delitos se atrevía á dirigirle reproches, obligando á la autoridad de la Presa á guardarla con aquellos dos hombres apoyados en sus sables que veía desde su ventana. ¡Y ella había atravesado el Océano y venido á instalarse en una tierra casi salvaje, para encontrarse finalmente en tal situación!...

No era cosa de comer de fijo, porque había probado de cien golosinas y hasta algo de la comida del Marqués por chanza. Visitación y Mesía, más tranquilos, conversaban al balcón, apoyados en el hierro frío del antepecho. «No volverían la cara; estaba ella segura». Entre estos camaradas, jamás se falta a ciertos pactos tácitos. El Marquesito soltó una carcajada. ¿De qué te ríes? dijo Obdulia.

Por lo que se dispuso que el capitan D. Juan Asencio Monasterio, con el ayudante D. Francisco del Castillo, y algunos otros oficiales de otras provincias, incorporadas con la compañia de fusileros, avanzasen apoyados de la caballeria, como lo egecutaron felizmente, haciendo retroceder al enemigo hasta las montañas, de cuyas resultas quedó el pueblo libre por todas partes.

Al descender a la cubierta de paseo encontró Fernando al doctor Zurita, que hablaba con Maltrana, apoyados los dos en la baranda, frente al mar. La soledad del Atlántico traía a su memoria el recuerdo de los argonautas de España, que habían sido los primeros en violar el secreto de los desiertos azules.

Las niñas tenían un salón con muebles ricos apoyados en paredes agrietadas y lámparas ostentosas que nunca se encendían. El padre perturbaba con su rudeza esta habitación cuidada y admirada por las dos hermanas. Las alfombras parecían entristecerse y palidecer bajo las huellas de barro que dejaban las botas del centauro. Sobre una mesa dorada aparecía el rebenque.

Por eso se celebró el acontecimiento como uno de los de más transcendencia, por aquellos sencillos habitantes, y fueron los tenderos, durante algunos días, el objeto de la admiración de todos sus convecinos; admiración que recibieron los admirados con toda la dignidad del caso: Simón, con los brazos remangados hasta el codo, de pie, y con el índice y el pulgar de cada mano apoyados sobre el mostrador; Juana, sentada detrás de éste, con el hocico plegado y los párpados muy caídos.

Entonces creía usted en Dios... Es posible... Cuando una es joven cree todo lo que le cuentan... pero después todo varía... Ya no creo en nada... Esas son historias para divertir a los pobres. Volvió los ojos irritados hacia la puerta, en la que estábamos apoyados Gerardo y yo, y dijo: Oiga usted; pregunte a esos señores si van a misa. ¡Yo voy! dijo Gerardo. ¿Y a confesarse?... ¡Bah!

Posible será que, apoyados en esto mismo, y volviendo por pasiva sus antiguas censuras, le nieguen algunos alcance y transcendencia, y hasta le disputen el título de novela.

Palabra del Dia

buque

Otros Mirando