Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 7 de junio de 2025
Cuando hablaban así, como otros dos hermanos del alma, empezaba la noche, retumbaban los truenos lejanos y vibraban en el cielo los relámpagos que a don Fermín le sorprendieron al entrar en Vetusta. Ana y Mesía estaban solos apoyados en el antepecho de la galería del primer piso, en una esquina de aquel corredor de cristales que daba vuelta a toda la casa.
Este edificio fue construido en el siglo XVI, con el objeto de reunirse en él para deliberar los comunistas: es de una solidez poco común: su fachada principal de sillería, tiene el carácter de romana; el pórtico se compone de un intercolumnio corintio, terminando el frontispicio con una galería de arcos esféricos apoyados sobre columnas dóricas: el interior es de poco gusto y escasa comodidad.
Los Ingleses, muy al contrario de sus rivales de Francia, han tenido el buen juicio de comprender que las fortalezas no deben estar al lado de las fábricas, las academias y los monumentos de la civilizacion, porque hay un poder que defiende mejor que todos los cañones el santuario de una ciudad ilustre y los tesoros del arte, de la industria y del comercio; ese poder es el de los intereses sociales apoyados en la libertad.
En el ancho portal daban guardia dos caballeros armados de punta en blanco, calada la visera y apoyados en sus lanzas; y entre ellos, sentado á una mesa baja y atendido por dos pajes, se hallaba el secretario de Su Alteza, encargado de anotar en el registro que delante tenía el nombre y títulos de los nobles visitantes y en especial los de aquellos recién llegados á la corte.
Lázaro, apoyados los codos en el antepecho de una ventana de su cuarto, y hundido el rostro entre las palmas de las manos, sentía llegar hasta su oído por cima de las enramadas del jardín el rumor sordo y constante que se alza de la villa y corte en las primeras horas de la noche; rumor semejante al ronco y prolongado rugir de una fiera que se estira y se espereza antes de tumbarse a dormir.
Al ver á su esposa, se imaginó Ulises que no había transcurrido el tiempo. La encontró lo mismo que al partir, con las dos sobrinas sentadas á sus pies, fabricando blondas interminables y sutiles sobre los colchoncillos cilíndricos apoyados en sus rodillas. La única novedad de la llegada del capitán á esta vivienda de monástica calma fué que don Pedro se abstuvo de su visita.
A la décima descarga, hubo un clamor general de «¡Sálvese quien pueda!» ¡Fuego!, ¡fuego! gritaba Marcos. Y los defensores de las trincheras, apoyados finalmente por la tropa de Frantz y dirigidos por Hullin, volvieron a tomar las posiciones que habían por un momento perdido. Al cabo de unos segundos no se vieron en la ladera mas que fugitivos, muertos y heridos.
Y lentamente alucinado, acabó por parecerle que se veía a sí mismo cuando tenía veinticinco años, apoyados los codos en la misma ventana, en pleno florecimiento de su robusta juventud.
Manuel Antonio agotó el repertorio de sus argumentos sutiles y femeninos, apoyados por sendos abrazos, palmaditas o pellizcos. Estuvo elocuente y sobón hasta lo infinito. Paco le dejaba decir y hacer echándole de través miradas socarronas, convencido de que Granate acogía siempre con desconfianza sus palabras. Pero a última hora intervino para dar el golpe definitivo.
Dos hombres apoyados uno en otro marchaban invisibles bajo un caparazón que imitaba el pellejo coriáceo de un elefante, moviendo entre las mesas la trompa serpentina del monstruo y sus orejas de abanico.
Palabra del Dia
Otros Mirando