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Actualizado: 3 de mayo de 2025
Al día siguiente recibió Isidora una carta de Joaquín incluyéndole algunos billetes de Banco, y pidiéndole perdones mil por el caso del día anterior. Decíale que si alguna palabra áspera y malsonante salió de sus labios al despedirla, la tuviese por dicha en son de broma o por no dicha. Finalmente, le pedía permiso para verla de nuevo en casa de Relimpio.
En sus andanzas, había viajado por los países más adelantados y modernos, observando muchas veces que el marido trabaja con una intensidad extraordinaria, pasando el día fuera de su domicilio en lucha áspera por conquistar el dinero, mientras la mujer se queda en su salón tocando el piano y recibiendo visitas.
Por los ribazos laterales, con un brazo en la cesta y el otro balanceante, pasaban los interminables cordones de cigarreras é hilanderas de seda, toda la virginidad de la huerta, que iban á trabajar en las fábricas, dejando con el revoloteo de sus faldas una estela de castidad ruda y áspera. Esparcíase por los campos la bendición de Dios.
Y luego rompió a cantar en lengua arábiga una extraña melopea, acompañándose con sonidos secos y acompasados que de las dos cuerdas sacaba. Oyó Benina este canticio con cierto recogimiento, pues aunque nada sacó en limpio de la letra gutural y por extremo áspera, ni en la cadencia del son encontró semejanza con los estilos de acá, ello es que la tal música resultaba de una melancolía intensa.
Había llegado el mes de María, y en el culto que se le tributaba, algunas devotas se reunían a cantar coplas en honor de la Virgen, acompañadas por un mal clavicordio que tocaba el viejo y ciego organista. Rosita presidía esta sociedad filarmónica y religiosa. Algunas voces puras y agradables se unían en este concierto a la suya, que no dejaba de ser áspera y chillona.
Jaime comenzó a ascender por la peñascosa ladera, camino de la torre. Los tamariscos erguían su áspera y rumorosa vegetación de pinos enanos, que parecía nutrirse de la sal disuelta en el ambiente, hundiendo sus raíces en la roca.
La muchacha, que se había despabilado con el ruido que había hecho su padre, lanzó una mirada díscola a Stein, diciendo con voz áspera: ¿Quién me gobierna a mí? No me dieran a mí más trabajo que ese y una vara de acebuche murmuró Momo. Es preciso prosiguió Stein alimentarla bien, y que tome caldos sustanciosos. La tía María hizo un gesto expresivo de aprobación.
Tenía el rostro compungido y desapacible, pálido y ojeroso, áspera y morena la tez, con el circuito de los ojos como si acabara de llorar; las cejas muy negras y pobladas; la boca un poco grande y con cierta gracia innata, casi desfigurada por el mohín compungido de sus labios, hechos á la modulación silenciosa de palabras santas.
Partieron, y admitidos en el campo carlista corrieron toda la áspera sierra sin encontrar al individuo que buscaban, ni siquiera indicios de que hubiera estado por allí en ninguna época.
Caída en el pecado, viose abismada en una melancolía profunda, porque si bien rechazó prontamente al que había sido la causa de su culpa, la infeliz se creyó condenada al infierno. Comenzó a llevar una vida áspera, mortificándose con ayunos y penitencias sin conseguir desechar su horrible pensamiento.
Palabra del Dia
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