Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 1 de mayo de 2025
Un cuerpo flexible, ágil, con movimientos rítmicos y elegantes, hace olvidar las imperfecciones del rostro. Hay, en fin, feas que tienen diablo, como dicen los franceses, o ángel, según el dicho español. El diablo o el ángel es ese grado de seducción que dimana de la simpatía, ese aire o nimbo de las figuras que es como el aleteo externo del alma.
Pero el caballo, que era tan ágil como una cabra, pasaba más fácilmente que ellos; visto lo cual, el anciano acabó diciendo: ¡Excelentes caballos tienen estos cosacos! Si llego a viejo, éste me servirá para ir a cazar corzas. Hemos dado con un caballo excelente, muchachos; a pesar de su aspecto vacuno, vale tanto como un caballo de camino.
Sigo haciendo la misma vida de siempre y detenido aquí a ruegos de mi padre. El mayor placer de que disfruto, después del de vivir con él, es el trato y conversación del señor vicario, con quien suelo dar a solas largos paseos. Imposible parece que un hombre de su edad, que debe de tener cerca de los ochenta años, sea tan fuerte, ágil y andador.
Los amigos huían de acompañar en sus excursiones a aquel andarín ágil, de piernas incansables, que proclamaba la marcha como el más eficaz de los remedios, y hablaba de Kant, presentando como un ejemplo los paseos de cuatro horas que daba el filósofo todos los días, llegando sano a una extrema vejez gracias a este apacible ejercicio.
Pronto notaron todos los vecinos, cundiendo la noticia por el resto de la población, las constantes visitas nocturnas de don Paco; pero como Antoñuelo solía ir también, y entre don Paco y Juanita había tan grande desproporción de edad, la gente murmuradora lo explicó todo suponiendo que Antoñuelo era novio de Juanita, y que don Paco tenía o trataba de tener relaciones amorosas con la madre, la cual, a pesar de sus cuarenta y cinco años y de los muchos trabajos y disgustos que había pasado en esta vida, apenas tenía canas, y estaba ágil, esbelta, y aunque de pocas, de bien puestas, frescas, apretadas y al parecer jugosas carnes.
Leto era fornido, sin ser basto ni mucho menos; ágil y bien destrabado de miembros, de mirar noble e inteligente, sano color y correctas facciones; la barba, de un matiz castaño obscuro, nutrida, suave y bien puesta; el pelo semejante a la barba; los dientes sanos y blanquísimos; la boca no grande y fresca, y el cuello, que entonces estaba al descubierto, limpio, blanco y redondo como una pieza de mármol.
»Carlos, menos ágil que yo, no pudo seguirme, y permanecía en el salón cuando, abriendo la puerta, entró el duque de Arcos, de gran uniforme, con el sombrero convenientemente colocado y su bastón de puño de oro en la mano. »Su vista se fijó en seguida a las pruebas del crimen, que estaban diseminadas por el pavimento. Carlos palideció, pero permaneció inmóvil viendo al Duque dirigirse hacia él.
El muchacho ágil y fuerte se hizo de la noche a la mañana hombre enclenque y achacoso, y sus ambiciones de comerciante y sus entusiasmos de viajero quedaron reducidos a un continuo meditar sobre lo inseguro de los bienes terrenos, y la infalible justicia con que Dios Nuestro Padre y Juez sienta la mano al pecador.
Un ágil bailarín que era el conductor del aurresku lo iniciaba con el paso solemne de la invitación. Echaba la boina en tierra, y después de pedir la venia al alcalde que presidía el acto, se dirigía con una serie de minuciosos trenzados y saltos de extraordinaria agilidad, á invitar en el corro á la mujer que deseaba elegir como reina del baile.
¿Quieres que te ayude? Como quieras; pero estoy muy ágil; un poco fatigada no más por los baúles; porque no me fío de las muchachas; a lo mejor, se olvidan de lo más esencial. Y luego le hacen hacer a una el gran papelón. La ayudo a ponerse el corsé.
Palabra del Dia
Otros Mirando