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Es posible... no digo que no... Pero no conozco esas casas ni qué pasa en ellas, mientras que es de tradición que en los conventos las niñas son bien tratadas y se encuentran a gusto... No soy un padre muy tierno... tengo de eso lo menos posible, lo confieso... Los niños me han parecido siempre un estorbo lamentable y tiránico... Sin embargo, no quisiera que esa muchacha fuera desgraciada... En cuanto a la instrucción, ya la desarrollará ella más adelante, si quiere... Su marido la ayudará.

"Haráse lo que fuere convenible, Le dice Venialvo, y no le pene; Y pues que es cortesano y apacible El vulgo popular, en paz me tenga, Que contra el Taborlan bastó que venga." En su falso contento mal habido Estaban estos tristes, procurando Sustentar el tiránico partido Contra quien lo impidiese, batallando.

Era el canónigo incapaz de gobernarse en las necesidades premiosas de la vida, no entendía palabra de los intereses del mundo, y al poco tiempo llegó a comprender que Paula era sus ojos, sus manos, sus oídos, hasta su sentido común. Sin Paula acaso, acaso le hubieran llevado a un hospital por loco y pobre. Aquel imperio fue el más tiránico que ejerció en su vida el ama de llaves.

Pálido y turbado, Fernando fijó en la enferma una mirada suplicante, oprimido como estaba por un tiránico amor a quien no quería ofender. Se disponía a marchar con su secreto, cuando este misterio fatal e impenetrable fue descifrado y descubierto, contrariando a Isabel, de la manera más natural.

Holanda y Flandes han resistido, resisten y resistirán, como quien pugna por arrojar de su casa un dominio extraño y tiránico. Para satisfacerse de algún modo de los reveses de los Países Bajos, se piensa en ganar gloria perjudicando al comercio inglés, y se envía allá una escuadra que aniquilan los elementos como aniquilaron á la Invencible; todo fracasa, todo muere.

Este castillo, distante de Medina algunos centenares de pasos, y separado hoy de ella por el tiránico ferrocarril, corona una especie de meseta que, en estas interminables planicies castellanas, pudo muy bien hacer el papel de altura cuando se la eligió para asiento de una ciudadela..... Allí murió Isabel la Católica.

Las lentas singladuras en días de poco viento, las largas calmas ecuatoriales, le permitieron penetrar un poco en los misterios de la inmensidad oceánica, amarga y obscura, que había sido para los pueblos antiguos la «noche del abismo», el «mar de las tinieblas», el dragón azul que diariamente se traga al sol. Ya no vió en el padre Océano el dios caprichoso y tiránico de los poetas.

Estos respondieron que España estaba sin fuerzas i vigor, dividido el reino en parcialidades, desmantelados los castillos, ofendidos muchos nobles por el tiránico yugo del monarca, este dado á los vicios, los plebeyos oprimidos de la miseria, los tesoros exhaustos por haber sustentado tantas i tan largas guerras civiles, el mar sin bajeles, la tierra sin tropas, i falta en fin de los dos nervios principales que mantienen todo el cuerpo de los estados: la agricultura i el comercio.

Y ora porque no fuese muy fácil cuidar esmeradamente tan gran pedazo de tierra, bien porque don Mariano no quisiera, como hombre de gusto, imponer su ley a la naturaleza, estableciendo en su finca un régimen tiránico de tijeras y líneas geométricas, lo cierto es que ofrecía toda ella el vigor desordenado, la exuberancia y la espontaneidad que no suele verse ya sino en las huertas provincianas gobernadas aún por un sistema español amplio y tolerante.

Sanguinario y tiránico al mismo tiempo que predicaba la paz y la libertad; resuelto a gozar ávidamente mientras decía que los sufrimientos de los demás le hacían gemir; codicioso, disipador, infiel, mentiroso, ese hombre no podía ser objeto de un amor noble; sólo podía ejercer una fascinación perversa, una curiosidad malsana, deseos serviles.