United States or Réunion ? Vote for the TOP Country of the Week !


Del mismo modo que M. André, en la Tour du Monde, como creo que ya he contado, entregó a la execración universal al que le alquiló mulas en Honda, a mi vez, impulsado por un sentimiento humanitario y cumpliendo un acto de justicia, recomiendo a todo el que hacia aquellos mundos se lance, emplear las mulas de Piquillo.

Ni la salud de Andrés ni su «piquillo» resistirían cuatro años de gastos, y cuatro años, cuando menos, me serían necesarios para que tuviera yo un título y pudiera tratar de compañero al doctor Sarmiento o al Lic. Castro Pérez. Hube de conformarme con lo que la suerte me deparaba.

Una vecina iba á preguntarle á Hma. Balî por qué entonces no le pagaba un piquillo, pero la lista panguinguera lo olió, y añadió inmediatamente: ¿Sabes, Julî, lo que se puede hacer? pedir prestado doscientos cincuenta pesos sobre la casa, pagaderos cuando el pleito se gane. Esta fué la mejor opinion y decidieron ponerla en práctica aquel mismo día. Hma.

No tengo ahora la cabeza para cuentas, pero creo que arreglando tus negocios todavía salvaré algún piquillo de tu embrollada fortuna, y con esto y lo que yo os daré podréis vivir como viven esas personas honradas y modestas a las que llamáis cursis despreciativamente.... Seréis cursis, ¿lo entendéis?

Poco antes de llegar a Villeta, nos detenemos en algo que debía ser casa de Piquillo, porque allí cambiamos de bestias... Me he olvidado de dos personajes importantes que nos seguían o pretendían seguirnos en nuestra marcha vertiginosa; nuestros sirvientes, montados como tales.

Con decir que las bestias que llevábamos eran de Piquillo, he dicho su calidad superior.

Con sus ahorros, ya muy mermados por haber subvenido secretamente a las necesidades de la familia, puso una tienda, y allí, a fuerza de trabajo y de economías hizo un piquillo, que, como decía, le bastaba para vivir y auxiliar a las señoritas. Cayó enferma mi tía Carmen, y Andrés se dijo: «¡A Villaverde! No debo vivir lejos de la familia.

Mas si el virrey era delicado, el mayordomo llevaba la cansera y la avaricia hasta el punto de regatear con los pulperos para economizar un piquillo en la compra; pero al mismo tiempo que esto intentaba había de escoger los huevos más grandes y más pesados, para cuyo examen llevaba un anillo y ponía además los huevos en la balanza.

La conferencia de Guayaquil. Bolívar y San Martín. Una hipótesis. El recuerdo recíproco. Analogías entre colombianos y argentinos. Caracteres y tipos. La partida. En Manzanos. Las mulas de Piquillo. El almuerzo. El tuerto sabanero. Una gran lluvia en los trópicos. En Guaduas. Encuentros. En busca de mi tuerto. Un entierro. Recuerdo de los Andes. Viajando en la montaña.

Sr. García, vengo a pagar a usted aquel piquillo.... ¿Qué piquillo? Los seis mil reales que usted tuvo la amabilidad.... ¿Qué amabilidad?, quiero decir, ¿qué seis mil reales?... Usted no me debe nada. ¡Qué bromista es usted! dijo Bonis, que más estaba para recibir los Santos Sacramentos que para chistes. Y se dejó caer en una silla y empezó a contar onzas sobre una mesa.